Con su venia, diputada presidenta.
Compañeras y compañeros,
Hace unos meses tuve la dicha de ser padre de Luis Emilio, mi primogénito; esto me trajo grandes alegrías y muchos retos, es por ello que el día de hoy, ante este pleno, quiero presentarles una iniciativa, la cual nació cuando me enfrente a la problemática que vivimos muchos padres.
Recientemente, acudí a una oficina gubernamental para tramitar el pasaporte de mi hijo. Aquel día, después de varias horas de espera y trámites, llegó el momento en que tuve que cambiarle el pañal. Busqué, como cualquiera lo haría, un lugar adecuado para realizar esta tarea básica y necesaria, pero descubrí que las instalaciones carecían de un cambiador, obligándome a improvisar en un espacio inadecuado.
Esta experiencia, que para muchos padres y madres en nuestro país es cotidiana, refleja un problema más profundo que afecta la salud, el bienestar y la dignidad de nuestras familias. Es por ello que, desde mi posición como representante de los ciudadanos y motivado por el compromiso con la salud y la equidad, hoy presento esta iniciativa de reforma a la Ley General de Salud, con el objetivo de garantizar que todos los centros de trabajo, tanto públicos como privados, cuenten con cambiadores para bebés en los sanitarios de hombres y mujeres.
La salud y el bienestar de nuestros bebés son fundamentales para el desarrollo de una sociedad sana y equitativa. Este proyecto no solo busca promover condiciones higiénicas adecuadas para los bebés, sino también fomentar la igualdad de género y la participación equitativa de los padres en la crianza. Con esta reforma, damos un paso hacia la inclusión en las labores de cuidado infantil, rompiendo con la idea de que estas responsabilidades recaen exclusivamente en las mujeres.
Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo físico y emocional de los niñas y niños.
Sin instalaciones adecuadas para el cambio de pañales, los padres nos vemos obligados a improvisar, a veces en condiciones que comprometen la higiene y seguridad del bebé. Este acto de improvisación, aunque común, encierra en sí, un riesgo que podemos y debemos evitar.
Al incluir cambiadores para bebés en estos espacios, no solo evitamos infecciones y enfermedades cutáneas en los más pequeños, sino que también aseguramos que los padres puedan cumplir con sus labores de cuidado de forma digna y segura.
Esta medida que propongo es un paso hacia una sociedad más justa y equitativa en la crianza de nuestros hijos.
Actualmente, muchas mujeres enfrentan barreras en su vida social y laboral debido a la falta de instalaciones adecuadas para el cuidado infantil. A través de esta reforma, avanzamos en la igualdad de condiciones y brindamos a todos los cuidadores, independientemente de su género, la posibilidad de atender a sus hijos sin obstáculos. De esta forma, garantizamos que la crianza no sea un limitante para el desarrollo de las mujeres y su participación en los distintos ámbitos de la sociedad.
Además, se busca normalizar la paternidad activa, permitir que los padres asuman un rol visible y efectivo en el cuidado de sus hijos, y ofrecerles las facilidades para hacerlo, fortalecer los lazos familiares y generar un impacto positivo en el desarrollo emocional de los menores.
Estudios realizados por el INEGI muestran que los hombres en México dedican en promedio 25.6 horas semanales al cuidado infantil, en comparación con las 38 horas de las mujeres. Esta diferencia refleja una desigualdad de género en los cuidados de los hijos, por ello buscamos incentivar la participación de ambos padres en esta tarea.
Cabe resaltar que varios estados de nuestro país, como la ciudad de México, Chiapas, Veracruz, Jalisco y Nuevo León ya han implementado legislaciones que promueven la instalación de cambiadores para bebés en los sanitarios de ambos géneros. A nivel internacional, países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y Suecia, también han adoptado medidas similares. Sigamos su ejemplo y avancemos en esta dirección.
Consideremos que esto no es solo una cuestión de higiene y salud; es una cuestión de justicia, de igualdad y de apoyo a nuestras familias, es una medida que envía un mensaje claro: valoramos y protegemos a nuestros infantes.
Por su atención, muchas gracias.
Es cuanto.