La vivienda es el epicentro de las políticas públicas; en ella reside la piedra de toque para transformar nuestras ciudades y nuestra sociedad, pues este es el lugar donde nos desarrollamos la mayor parte del tiempo y constituye una necesidad vital para poder satisfacer las demás carencias familiares.

En atención al rol fundamental que juega la vivienda en el desarrollo personal y social, el Estado Mexicano ha buscado brindar soluciones habitacionales adecuadas caracterizadas por la búsqueda de accesibilidad, movilidad, habitabilidad, salubridad y el combate al hacinamiento.

Lo anterior ha reconfigurado la Política Nacional de Vivienda, recobrando una visión humana de las viviendas; una casa no es sólo un techo rodeado de cuatro paredes, un hogar es estabilidad, seguridad, protección y confort, es un sitio destinado al desarrollo social de cualquier ser humano.

La Política Nacional ha marchado de una manera sólida. Hemos avanzado en el combate al rezago habitacional, con mejores estrategias y distintas acciones que han beneficiados a millones de mexicanos; sin embargo, la labor no está acabada y aún falta mucho por hacer.

El mes pasado, nuestro país sufrió dos terribles sismos que cobraron la vida de cientos de personas y dejaron innumerables pérdidas materiales.

Los sismos azotaron con extrema fuerza en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Morelos, Puebla, Tlaxcala, el Estado de México y la Ciudad de México minando especialmente los hogares de miles de mexicanos.

Estas emergencias han cimbrado la base de nuestro desarrollo urbano, recordando la fragilidad de nuestros hogares, y poniendo en tela de juicio la integralidad de los procesos de construcción y su revisión.

Es nuestro deber fortalecer las medidas legales y reglamentarias para evitar que se repita una situación tan lamentable.

Aunque los estragos fueron menores a eventualidades anteriores, miles de pérdidas pudieron prevenirse.

No podemos estar a merced de la naturaleza. Tenemos que mejorar los procesos de construcción y erradicar cualquier tipo de corrupción en un área tan sensible.

La política de vivienda tiene grandes áreas de oportunidad, por lo que es necesario brindar espacios propios para la reflexión y el análisis, que permitan considerar nuestras deficiencias y plantear posibles soluciones.

En este sentido, actualmente se celebra el 9 de septiembre de cada año el Día Nacional de la Vivienda para la Fuerzas Armadas y a nivel internacional, el primer lunes de octubre se celebra el Día Mundial del Hábitat, fechas en las que se promueve la inspección minuciosa de la situación habitacional y la formulación de nuevas medidas para resolver los problemas que enfrentan.

En tanto lo anterior, la vivienda, que representa un nodo central para el desarrollo urbano y el desarrollo personal de los ciudadanos, no cuenta con un día específico que permita celebrar, examinar y proyectar sobre las políticas implementadas.

El presente dictamen que ponemos a su consideración pretende establecer una fecha a nivel nacional que sirva para sensibilizar a la población y señalar los problemas sin resolver que existen en torno a la vivienda; asimismo, permitirá que los diversos actores tomemos medidas específicas a favor de la ciudadanía.

El derecho fundamental a la vivienda fue incorporado en la Constitución hace 34 años, un 7 de febrero, en ese momento, la vivienda dejó de ser una prerrogativa estrictamente laboral para reconocerse como un derecho fundamental que toda familia merece.

Derivado de lo anterior, esta icónica fecha sirve para conmemorar, reflexionar, sensibilizar y concientizar sobre uno de los sectores más importantes de nuestro país.

Por lo anterior, se busca declarar el 7 de febrero de cada año como Día Nacional de la Vivienda; esto como una medida que permita hacer un parteaguas para conocer, informar y reforzar las medidas en torno a la vivienda, promoviendo el intercambio de ideas, y la discusión sobre las políticas públicas y programas implementados en el orden de conseguir acciones concretas a favor de las y los mexicanos.

Es pues compañeras y compañeros que tenemos un gran desafío frente a nosotros, poder regresar el valor humano a nuestras ciudades, reconstruir lo que hemos perdido y evitar que volvamos a padecer una situación similar por falta precaución.

Debemos procurar que la vivienda no sea un activo más en los conteos estadísticos, cada una de esas casas es un hogar, una familia; debemos protegerlas a toda costa y propiciar el desarrollo social de cada mexicana y mexicano.

Establecer el Día Nacional de la Vivienda es una acción concreta para que cada año durante una misma fecha se promueva la discusión y el diálogo en torno a la vivienda de nuestro país.

Con un espacio para la reflexión lograremos fortalecer nuestras viviendas y alcanzar mejores soluciones habitacionales para todos.

La vivienda es y seguirá siendo el punto de partida para el desarrollo de la sociedad, es nuestro trabajo traducir este potencial en verdadero beneficio para todas las familias mexicanas.

Por su apoyo muchísimas gracias.

Es cuanto presidente.