Con la venia de la mesa directiva,

Compañeros y compañeras.

Hoy estamos haciendo historia porque estamos cumpliendo con el mandato que nos dio el pueblo en las pasadas elecciones por vía de las urnas, por vía de los votos.

 Estamos haciendo historia como historia hizo Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias, Ignacio Ramírez, todos ellos ministros de la Corte, todos ellos elegidos por el voto popular como los señalaban los artículos 92 y 93 de la Constitución de 1857.

Hoy, compañeros diputados y diputadas, fuimos despojados de nuestro recinto legislativo, pero no sólo eso, un par de jueces pretendieron despojarnos de la tarea más importante de este poder, legislar.

Y se lo sacaron de la manga con algunos incidentes de suspensión hechos a modo para seguir privilegiando el nepotismo rampante que impera en el Poder Judicial y para seguir beneficiando a los despachos legales privados, esos de Diego Fernández de Ceballos, esos de Antonio Lozano Gracia, que por citar algunos y para conocimiento de todo sabemos qué filiación política tienen.

El orador que me antecedió en la palabra, dijo, hablaba de compadres, estos, estos sí son compadres de los que hoy pierden sus privilegios.

Hoy, los afectados de esos que van a perder sus prebendas este día, salieron a las calles, a aferrarse a sus privilegios, tales como el haber de retiro que gozan magistrados en el Estado de México, por poner un ejemplo, cuyo beneficio consiste en seguir pagando al funcionario el 100% de su salario mensual, durante su primer año de retiro y, en los subsecuentes cinco años el 80% de su remuneración que, en dicho Estado, asciende a más de 200 mil pesos mensuales.

Esto es un insulto al pueblo de México, porque esto no se da ni en el Poder federal y mucho menos en alguna iniciativa privada, por eso es imperativo poner un tope salarial al Poder Judicial, tal como lo marca el artículo 94 del presente Dictamen, donde ningún miembro de este otro poder, podrán ganar más que nuestra Presidenta de México, no podrán ganar más que la Presidenta Claudia Sheinbaum.

Permítanme mis amigos, hacer una reflexión. El artículo 17 constitucional, señala que la justicia será pronta, expedita y gratuita. También menciona que las autoridades deberán privilegiar la solución del conflicto sobre los formalismos procedimentales, nada más alejado de la realidad.

El Poder Judicial nos ha quedado deber a los mexicanos y sobre todo a aquellos que menos tienen, y les pongo un ejemplo: del total de los asuntos ingresados en el poder judicial el 42% corresponden a la materia familiar y de ese total, sólo el 3% concluye la secuela procesal, culminando en la ejecución de una sentencia.

Esto, debido, en gran medida, al excesivo gasto que representa para los justiciables acudir a las autoridades dejando como consecuencia mujeres violentadas por su pareja, sin que se les pueda reparar el daño y niños, niños que quedan desamparados sin poder recibir alimentos, derecho humano, contemplado en nuestra Constitución.

Y ya que a la oposición le encanta gritar y ser injerencista de otros gobiernos, México ha signado esos tratados internacionales para beneficio de la niñez de México.

Concluyó mi intervención con una frase que los ministros frecuentemente emplean para interpretar la ley, el espíritu, el espíritu del legislador.

Hoy las y los diputados del Partido Verde, materializamos ese espíritu con nuestro voto a favor de este dictamen.

Gracias