Con su permiso señor presidente, compañeras senadoras y senadores.

El derecho a la salud es una prerrogativa que se enfoca prioritariamente en la protección de las personas y el alivio de malestares en personas enfermas; sin embargo, este derecho requiere ser integral y no sólo abarcar a quienes son objeto a la atención sino también a quienes los atienden.

Los médicos y enfermeras representan la columna vertebral de todo el sistema de salud. Son fundamentales en todos los niveles de atención y es gracias a su labor que puede encarnarse la verdadera protección de la salud. Por eso su preparación es de vital importancia y requiere de un grado de excelencia máxima.

A través de la mezcla entre conocimiento académico y la práctica profesional, se logra la profesionalización integral para un médico. En México, existen distintos periodos de entrenamiento y capacitación para los médicos; todos sabemos que es obligación de todos los pasantes del sector salud, quienes hemos hecho la carrera de medicina, que tenemos que hacer y prestar un servicio social en alguna comunidad de nuestro país, también tenemos que cumplir con un internado de pregrado en la licenciatura y además, si se desea, se requiere un periodo de residencia para contar con alguna especialidad o subespecialidad.

Estas prácticas constituyen un proceso de formación de un médico general o con especialidad, el cual implica un grado alto de práctica clínica, práctica médica, y experiencia profesional, que se adquieren gracias a la participación directa de los practicantes, de los pasantes y de los médicos en los procedimientos clínicos, en los campos clínicos.
En este sentido, es este el sentido de la presente iniciativa, la profesionalización de los recursos humanos del sector salud de nuestro país.

Los médicos entonces tomando como referencia el párrafo anterior son sometidos a fuertes cargas de trabajo de más de 30 horas de labor ininterrumpida e incluso llegan a tener de 36 a 96 horas de servicio semanal, estos médicos en formación.

Asimismo, la labor continua, conocida como guardia, tiene una duración mayor a 24 horas, ya que además del día de servicio completo que se realiza se tiene que cubrir el horario ordinario del hospital para también recibir enseñanza e inclusive en otras ocasiones, para continuar prestando el servicio en los consultorios médicos.

Por lo que si sumamos toda este periodo en que el médico permanece en la unidad hospitalaria dando atención en promedio son 32 horas de labor continúa.

Esto sin contar las ocasiones excepcionales en que pueden extenderse hasta 36 horas o más laborando; así como los lugares donde persisten las guardias extras, y eso lo sabemos todos, que se dan porque algunas situaciones de castigo.

Esta práctica, se ha aceptado tradicionalmente como la única forma en que se podemos aprender medicina; sin embargao sabemos también que se sigue con la creencia que un periodo menor de labor, de trabajo, no permitiría la continuidad entre la relación médico-paciente pero tenemos que reconocer que la relación es médico en formación con el paciente cuya tema fundamental es la tutoría que tiene con el médico titular de ese piso o de ese servicio.

Sin embargo, la fuerte carga de trabajo tiene muchas implicaciones en la salud de los médicos en formación, ya sea médicos internos o médicos residentes, pueden sufrir afecciones cardiovasculares, gastrointestinales, respiratorias, cerebrovasculares, depresión, síndrome metabólico, obesidad, problemas reproductivos, trastornos inmunológicos, e incluso accidentes automovilísticos.

De acuerdo con el estudio "El impacto de la privación de sueño en el rendimiento de los cirujanos durante los turnos nocturnos", una noche de sueño completo puede significar hasta un 20 por ciento menos de errores y 14 por ciento de mayor velocidad que los internos que estuvieron despiertos toda la noche.

Asimismo, se ha documentado una relación entre un mayor número de pacientes que fallecen y la cantidad de internos con jornadas prolongadas, también se hace referencia a un aumento en el número de los suicidios de hasta 300 por ciento en aquellas mujeres que están en formación médica.

En México, varios estudios advierten que los médicos especialistas tienen una prevalencia del 51 por ciento del Síndrome de Burnout, un síndrome de desgaste emocional que implica la pérdida de energía progresiva con síntomas de ansiedad y depresión. Así como, en los residentes del país se presenta una prevalencia del 31.1 por ciento en agotamiento emocional, 35.3 por ciento se encuentran desmotivados sobre la realización personal y 18 por ciento se sienten despersonalizados.

De igual forma, la UNAM ha documentado que 24 horas sin dormir equivalen a tener concentraciones de 0.10 por ciento de alcohol en la sangre, lo que conduce a errores clínicos.

Esta situación pone en riesgo la salud de los pacientes y la de los propios médicos en formación; ya que por causas prevenibles, como una adecuada sesión de descanso, puede generarse un daño irreparable en los pacientes y con ello no atender a la obligación estatal de brindar el más alto nivel de salud posible.

Es por ello que necesitamos mejorar nuestro sistema de enseñanza de salud para proteger la salud también de quienes otorgan servicios, nuestro personal médico.

El documento que hoy presentamos ante ustedes, pretende modificar la regulación laboral de los médicos residentes e internos de pregrado, para que cuenten con jornadas laborales adecuadas que les permitan desarrollar las funciones y actividades propias de su ramo, equilibrando la vida académica y profesional con el sano desarrollo personal.

Así como los pilotos aviadores y miembros de la tripulación de aeronaves cuentan en la ley con jornadas máximas para trabajar, así también los médicos no deben laborar más de 80 horas por semana y sólo podrán hacer guardias con intervalos de dos días entre cada una de ellas, sin la posibilidad de continuar actividades en el turno diurno del día inmediato siguiente a su jornada.

Esta iniciativa fue motivada por la participación de diversos estudiantes, en especial de medicina de la Universidad Anáhuac de México a quienes agradezco su participación y a quienes hoy plasmamos sus inquietudes.

Es indudable que las condiciones laborales en las que trabajan y se forman nuestros médicos ponen en peligro la integridad, seguridad y su salud, tanto de ellos mismos, como de los pacientes.

Es por eso que reformar el marco jurídico que regula el horario destinado a las residencias médicas y el internado de pregrado, así como la duración máxima de las jornadas, serán los lineamientos trascendentes para la dignificación y protección de los médicos en formación; favoreciendo su equilibrio personal y profesional de quienes tienen en sus manos la salud de cada uno de nosotros.

Los profesionales de la salud son la primera línea frente al dolor y el sufrimiento humano, son ellos los grandes protectores de nuestro derecho a la salud y hoy es nuestra oportunidad también de brindarles la protección a ellos y como legisladores velar por los derechos vinculados a este derecho fundamental.

Por su atención y apoyo muchas, muchísimas gracias.