Con su permiso señor presidente:

Compañeras y compañeros senadores:

Es lamentable que a diario sigamos siendo testigos de la violencia y la discriminación hacia las mujeres hoy damos cuenta de la agresión de la que fue víctima nuestra compañera Ana Gabriela Guevara.

Es inaudito que mientras ella realizaba un viaje en su motocicleta fuera agredida a golpes por varios hombres y que a consecuencia de ese maltrato fuera traslada a un hospital de la Ciudad de México y operada de emergencia.

En propia voz de nuestra compañera y medallista olímpica se dio a conocer que por motivo de agresión fue por su condición de mujer y de motociclista.

Compañeros no podemos permitir que las mujeres continúen siendo víctimas de intolerancia, de la barbarie que aún se padece tanto en leyes como en la práctica. Así como que persistan las desigualdades por esta razón, la razón de ser mujeres, la violencia contra la mujer afecta e impide también que seamos incluidas y que además se siga viendo la pobreza con rostro de mujer.

Si las mujeres somos elementos de paz, las mujeres podemos dar seguridad, hoy todos estos elementos se ven perpetuados en lo contrario, hacia nuestra persona. No podemos continuar siendo pasivos ante lo ya común, la agresión hacia las mujeres por la única razón de diferencia de género.

Hoy fue víctima nuestra compañera y amiga Ana Gabriela Guevara, lo hemos condenado y condenamos en este caso todos los casos, en todas las manifestaciones de violencia en niñas, en mujeres que a diario acontecen en el mundo entero y en nuestro país: No las conocemos, no las hemos escuchado, sin embargo hoy este caso representativo pone de manifiesto la urgencia de poder tomar acciones y que no quede solamente en el discurso.

Más que nunca, se muestra la enorme deuda que tenemos y seguimos teniendo con las mujeres.

Tenemos un problema que se ha ido agravando, las leyes se han endurecido y hemos trabajado arduamente para sentar las bases jurídicas e institucionales para erradicar por completo la violencia de género, sin embargo, no ha sido suficiente.

No será suficiente y no debemos de bajar la guardia, de trabajar para que ninguna mujer, ninguna sufra de violencia, mucho menos por el simple hecho de ser mujer.

No es posible que vivamos en un país donde una simple situación de tránsito se transforme en un acto atroz, donde cuatro hombres se atrevan a pasar por encima de los derechos de una mujer.

Qué tan irracionales somos para hacer este tipo de barbaries; qué tan bajo debe caer el ser humano para darse cuenta de lo vergonzoso de sus actos.

Esta es la muestra más cercana para el Senado sobre violencia de género, es la forma en que se nota el desbordamiento de violencia y la falta de racionalidad de las personas.

Los reflectores están, en este día, sobre una gran mujer, una de las más exitosas mujeres que hemos conocido y que por supuesto tendré y será visible de muchas otras mujeres.

Este es el ejemplo más claro de que miles de mujeres viven cada día, mujeres sin voz que han sido acalladas; este día debe marcar la pauta para dejar atrás el anonimato, para hacer visible toda la violencia de género que hay en nuestro país, para poder hacerle frente, necesitamos conocer al enemigo.

Muchas veces las mujeres no hablan ni persiguen este tipo de violencia por vergüenza, y así persisten las constantes violaciones a los derechos de las madres y las niñas.

Espero en verdad que esta triste situación, genere en las mujeres violentadas de nuestro país la valentía y el coraje para denunciar los actos de violencia que a diario viven.

Si esto no los mueve al actuar y tratar de cambiar algo en este país, entonces no tenemos esperanza; pero si esto toca las fibras más sensibles de cada uno de nosotros y les cala en los huesos, es porque estamos obligados a hacer una gran diferencia. Tenemos que cambiar este escenario adverso.

Basta de cifras, basta de hacer a la mujer violentada un número más, no lo somos, no somos un porcentaje, no somos un resumen ejecutivo y mucho menos una encuesta.

Somos mujeres que vivimos, reímos, lloramos y sentimos somos la hermana, la madre, la hija de alguien, somos todos familia.

Este no es un tema exclusivo de mujeres y no se enfoca en las mujeres, si queremos que la violencia de género se extinga por completo, también los hombres los que deben hacer la diferencia junto con ellos.

Amiga, hoy Ana Gabriela, hoy reflejadas en todas las mujeres, hoy golpearon a todas las mujeres de este país, a las atletas que se han distinguido por poner el nombre de México en alto, también a las madres de familia que día a día luchan por sus hijos, a las mujeres trabajadoras que logran salir adelante y son referentes en cada uno de sus sectores.

Debemos de continuar trabajando es nuestro deber reducir a cero cualquier tipo de violencia, a cero, no a reducir un porcentaje, no bajarlo un 10 por ciento, o en 10 casos en cada 100 mil, no.

No debemos descansar hasta que no exista una sola mujer violentada en nuestro país.

 
Muchas gracias.​