Con la venia de la presidencia;

La competencia por el poder político ha dejado de ser un asunto exclusivo de una clase social, de un grupo de edad o de un género y en ello las mujeres han desempeñado un papel fundamental desde hace casi un siglo con su lucha por el reconocimiento de su derecho a votar y ser votadas.

Hoy las mujeres no solamente participan en las elecciones, sino también en los gobiernos, en la labor legislativa, en el diseño e implementación de políticas públicas y en la administración e impartición de justicia. Sin embargo, se debe reconocer que como ciudadanos aún enfrentamos el reto de construir una sociedad totalmente incluyente, en la que se garantice la participación de todas y todos los mexicanos en igualdad de condiciones.

De acuerdo al filósofo canadiense Will Kymlicka: "los derechos de las mujeres, como el de muchos otros grupos minoritarios, no son plenamente ejercidos, lo que ha hecho indispensable crear mecanismos legales para dotarlos de representatividad." En este sentido, México está obligado a proteger los derechos que las mujeres han alcanzado a lo largo de casi 100 años de lucha, la cual tuvo uno de sus puntos más altos el 17 de octubre de 1953.

Pero más allá de consolidar la apertura formal a la participación política de las mujeres para que ésta se refleje auténticamente en la paridad de género no sólo en las candidaturas sino también en el acceso a los cargos públicos, es indispensable seguir acortando las brechas aún existentes en otros campos como el acceso a la salud, la educación, la justicia, el reconocimiento del derecho de las mujeres a percibir los mismos ingresos que los hombres cuando desempeñan el mismo trabajo y su derecho a decidir sobre su propio cuerpo.

Se trata también de evitar los techos de cristal y los pisos pegajosos, los cuales se convierten en verdaderos obstáculos en el desarrollo de la vida profesional de las mujeres al perpetuar factores de discriminación que les impiden llegar a los cargos más altos en la jerarquía de la actividad política, social, económica y cultural de la sociedad.

Por ello, debe servirnos la conmemoración de esta fecha para reflexionar sobre los avances y también sobre los retrocesos en esta lucha por garantizarle a las mujeres el ejercicio de sus derechos, lo cual en un régimen democrático y garantista como el nuestro no es otra cosa más que hacer justicia.

En el Grupo Parlamentario del Partido Verde celebramos y reconocemos el día de hoy a todos quienes han participado de alguna y otra forma en la lucha por construir un país más igualitario e incluyente, en donde hombres y mujeres cuenten con las mismas oportunidades de desarrollarse y vivir dignamente.

Es cuanto.