Con la venia de la presidencia;

El ajuste anual al salario mínimo en nuestro país se ha convertido en una oportunidad para que mediante propuestas demagógicas se busque obtener un beneficio político.

En el Partido Verde manifestamos nuestro desacuerdo con la presente proposición, pues plantea de modo irresponsable un incremento arbitrario al monto del salario mínimo general, sin considerar las consecuencias que ello podría acarrear.

Cabe aclarar que estamos totalmente a favor de que el salario mínimo garantice las condiciones esenciales de existencia para quienes lo perciben, sin embargo, para que ello realmente suceda se debe cuidar que no se desestabilicen otras variables que pudieran provocar un efecto contrario al deseado.

Para proponer un incremento al salario mínimo, bajo principios de prudencia y conscientes del panorama económico en que nos encontramos, se requiere tener presentes los fundamentos técnicos que nos permitan comprender el alcance de una propuesta como la que aquí se expone.

En primer lugar, sería bueno hacer un poco de memoria. En los últimos años, gracias a las reformas aprobadas en materia económica, se ha logrado la desvinculación del salario mínimo como unidad básica para estimar obligaciones, multas, créditos y toda una serie de conceptos relacionados. Con ello, se logró reducir su influencia como agente determinante de la inflación, situación que durante muchos años justificó que tuviera incrementos ínfimos.

Sin embargo, la desindexación es tan solo el primer paso para lograr un incremento más significativo del salario, sin que éste genere consecuencias catastróficas para la economía nacional.

En la actual administración el salario mínimo ha pasado de 60 pesos diarios a poco más de 80, que equivale a una recuperación del salario real en un 20 por ciento y de un 45 por ciento en términos nominales, situación que no ocurría desde hace más de 30 años.

Además, se han creado 3.3 millones de empleos formales en los últimos cinco años, lo cual, da cuenta de una política laboral eficiente, derivada de un manejo responsable de las finanzas públicas y de una política monetaria adecuada.

En segundo lugar, debemos tomar en cuenta que la productividad es un componente primordial a considerar cuando se habla de un incremento al salario mínimo, puesto que no puede existir un aumento en la masa salarial si no va acompañado de un incremento proporcional en la productividad.

Hablamos pues del salario real, que habrá de entenderse como aquel que determina la cantidad de bienes y servicios que se pueden adquirir con un ingreso determinado; si existe un incremento en la productividad, los costos de los bienes y servicios experimentarán una reducción y, por lo tanto, también en sus precios finales. De esta forma, ante la reducción de los precios, con el ingreso de los trabajadores se podrán adquirir mayores cantidades de bienes y servicios en el mercado.

La vía antes expuesta es la que debemos seguir para el incremento en el salario mínimo, fortaleciendo su poder adquisitivo y no solamente promoviendo su aumento en términos nominales.

De esta forma, si bien el salario mínimo ya no es un determinante de la inflación, una elevación del mismo fuera de toda racionalidad y sustento económico traería como consecuencia el incremento injustificado de los costos de producción de los bienes finales, su consecuente incremento por parte de productores y vendedores, que derivaría en un alza generalizada de los precios que terminaría por neutralizar el incremento antes dado.

Bajo dicha lógica, aprobar aumentos arbitrarios al salario mínimo sería insuficiente y terminaría por no cumplir con su objetivo primario. De tal suerte, no habría incremento al salario mínimo que alcanzara para cubrir las necesidades de las familias mexicanas que lo perciben.

Por lo anterior, votaremos en contra de este punto de acuerdo de urgente y obvia resolución, porque estamos convencidos que no promueve un incremento al salario mínimo capaz de mantener la estabilidad económica de nuestro país.

Estamos conscientes de las grandes carencias de millones de familias y las limitantes que presentan en sus ingresos, no obstante, también es importante comunicar a la ciudadanía que incrementar el salario mínimo, como lo propone este punto de acuerdo, no generaría los beneficios esperados en el bolsillo de los mexicanos.

Por ello, proponemos que dicho incremento se realice con base en estudios que nos permitan determinar su alcance y tomando en cuenta la opinión de todos los actores involucrados en su determinación.

Es cuanto.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO