Buenas tardes compañeros legisladores.

Con el permiso de la Presidencia;

Actualmente enfrentamos una crisis de salud pública que exige acciones inmediatas y determinantes, me refiero a la creciente amenaza del consumo de drogas sintéticas, especialmente el fentanilo y su impacto devastador en distintas regiones del mundo. Esta problemática trasciende fronteras y afecta tanto a países desarrollados como en desarrollo, es un llamado a actuar con responsabilidad colectiva a nivel internacional.

El fentanilo, es una droga sintética hasta 50 veces más potente que la heroína, es utilizado como analgésico y anestésico en el contexto clínico y se ha convertido en una de las principales causas de muerte por sobredosis a nivel global, tan solo en el 2022, más de 107 mil personas fallecieron por sobredosis en Estados Unidos y el 75 por ciento con el fentanilo.

Entre los adolescentes el panorama es igual de alarmante porque el fentanilo representa la tercera causa de muerte entre los jóvenes en nuestro vecino del norte, por detrás de los accidentes automovilísticos y las lesiones por armas de fuego.

En México se registran 430 casos de atención por consumo de fentanilo el año pasado, mientras que en 2022 fueron 333, los cuales se concentran en los estados del norte del país como Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora. Esto muestra que el incremento es a nivel local, no nacional, sin embargo, la principal preocupación gira en torno a su alta letalidad.

Una sola dosis de dos miligramos de esta sustancia puede llegar a ser mortal, además, está fácilmente disponible en mercados ilícitos pues a menudo se presenta en píldoras que asemejan en medicamentos recetados, lo que lleva a muchos jóvenes a consumir sin conocer los riesgos reales y, por si fuera poco, las redes sociales han exacerbado el problema, facilitando el acceso a estas drogas por parte de los adolescentes vulnerables.

Frente a esta realidad, es imperativo establecer una política integral que prohíba el uso de drogas sintéticas y lo ponga fuera del alcance de los menores de edad.

En este sentido, el dictamen que hoy tenemos a nuestra consideración propone garantizar el derecho de protección a la salud mediante la prohibición de precursores químicos, el uso ilícito del fentanilo y drogas sintéticas no autorizadas.

Sin embargo, para que esta política sea efectiva, se deben implementar programas educativos y de prevención desde temprana edad que informen sobre los peligros reales del consumo de drogas sintéticas, las y los jóvenes deben entender que una mala decisión, aunque sea una sola, puede costarles la vida.

Además, debemos garantizar controles estrictos y cooperaciones internacionales. Esta propuesta debe acompañarse de una reforma en materia penal que aumente las penas y medidas contra la fabricación y el tráfico de drogas sintéticas, como ya se hizo en parte con su reciente inclusión al catálogo de delitos contemplado en el artículo 19 constitucional.

En este contexto, es necesario implementar medidas de apoyo psicológico y tratamiento para asegurar que las personas que consumen este tipo de drogas, así como sus familiares tengan acceso a profesionales en el manejo de las adicciones, abordando no solo los síntomas, sino también las causas subyacentes del consumo.

Es hora de actuar con firmeza y determinación, cada muerte que podemos evitar es un paso a una sociedad más segura para nuestras niñas, niños y adolescentes, proteger a todas y todos los mexicanos es nuestro deber.

Esta reforma constitucional es el primer paso para crear una política integral que tenga como prioridad la salud de las personas en conjunto con las reformas de bienestar que ha impulsado la Cuarta Transformación desde el 2018, logre hacer frente a la violencia e inseguridad desde sus causas.

Por lo anterior, en el Partido Verde nuestro voto será a favor del presente dictamen. Es cuanto, querido presidente.