Recordemos que lo que aprobemos el día de hoy, tiene rostro, tiene nombre, tiene dirección en cada una de las colonias y comunidades donde llegará, de una u otra forma, este apoyo y esta inversión del dinero público.

Si bien, esto implica discutir y analizar el nivel de gasto que ejercerá la Federación y los estados de la República para el próximo año, también es una gran oportunidad para poner sobre la mesa las expectativas de desarrollo económico y social que queremos impulsar, en este tercer año, en nuestro país.

Del apropiado gasto público es que depende la correcta y oportuna derrama económica para propiciar un motor de crecimiento económico fuerte y eficiente.

La situación económica mundial, hay que reconocerlo, en el último año, ha sido complicada, la cual ha traído como consecuencia una desaceleración global que nos ha llevado a realizar un ajuste a la baja en las proyecciones de crecimiento; así como los precios del petróleo. Pero ello no debe detenernos.

Por ello, la Ley de Ingresos que hemos aprobado establece las bases para el fortalecimiento del federalismo y de la ejecución de un déficit público prudente para enfrentar los retos nacionales. Así, hoy es posible contar  con ingresos suficientes para sustentar un presupuesto total del orden de los 4.6 billones de pesos.

Hoy no queda duda de que los ingresos públicos no tienen posibilidad de mantener su ancla en los ingresos petroleros, pero también queda claro que bajo los esquemas actuales nuestro sistema económico es incapaz de generar lo necesario para combatir la pobreza, el desempleo y la inequidad.

Hoy más que nunca se requiere de nuestra mayor sensatez y compromiso para la aprobación de un gasto que marque una real diferencia en el nivel de bienestar de todos los mexicanos.

La necesidad de generar una política-económica contracíclica que elimine el impacto de la desaceleración en el crecimiento, es un asunto necesario; y que nuestro Congreso ha asumido.

Sabemos  que para lograr un mayor gasto y mayor inversión en infraestructura ha sido necesario recurrir al endeudamiento, por lo que este gobierno debe consolidar su proyecto a largo plazo de manera tal, que sea posible heredar a las futuras generaciones finanzas públicas sanas, sin un nivel de endeudamiento excesivo y que sea sostenible.

Así, el Presupuesto de Egresos que se aprobará, deberá ser un presupuesto responsable, y que enmarque una política social comprometida con la redistribución de la riqueza, con las prioridades de la sociedad en materia de salud, educación, seguridad, medio ambiente y  combate  la pobreza, para que estos proyectos puedan ser equitativos viables y vivibles, y transitemos hacia un verdadero desarrollo sustentable.

Compañeras y compañeros, debemos trascender las reformas aprobadas para que éstas lleguen directamente al bienestar de la gente; y el Presupuesto de Egresos es un instrumento fundamental para lograr este objetivo.

En el Partido Verde Ecologista de México estamos por un mayor gasto a la salud y a la educación, pero con la dirección y la estrategia que permitan un ejercicio presupuestal en su totalidad, sin subejercicios, sin obstáculos y con un verdadero impacto en los beneficiarios.

Es por lo anterior que en el Grupo del Partido Verde apoyamos el Dictamen del Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2015, ofreciendo una política de gasto redistributiva y con una fuerte carga social hacia la generación de un México con mayores oportunidades para el desarrollo de su gente.

Por ello, compañeras y compañeros, para estar en paz hay que dar esas suficientes herramientas de desarrollo humano, de salud, de educación, de seguridad y de alimentación para todas aquellas familias mexicanas que esperan sean beneficiadas.

Eso debe de ser el único espíritu de este presupuesto y esa es la razón por la que el grupo parlamentario del Partido Verde votará a favor de este dictamen.

Es cuanto, señor presidente.

 

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO