Con el permiso de la presidencia; Compañeras y compañeros legisladores;
Hay días que se quedan grabados en nuestros calendarios, en la memoria y, sobre todo, en la piel. Uno de ellos es cada 25 de noviembre, cuando se conmemora el "Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres".
Fecha establecida en recuerdo del brutal asesinato de las hermanas Mirabal, tres mujeres dominicanas conocidas como las "mariposas inolvidables", activistas políticas incansables que se opusieron a la dictadura de Rafael Trujillo. Pelear por el respeto a sus derechos y por los de otras mujeres fue el motivo que les costó la vida.
Esta fecha se ha convertido en un recordatorio de la valentía de las mujeres que han luchado contra la opresión y para reafirmar nuestro compromiso con los derechos humanos, la igualdad y la justicia. Así mismo, es un llamado global a la acción para poner fin a la violencia de género.
Las cifras son alarmantes, cada día, 140 mujeres y niñas son asesinadas por su pareja o un miembro de su familia, lo que significa un feminicidio cada 10 minutos, según un informe de ONU Mujeres. Estas cifras representan historias de vida, sueños interrumpidos y derechos vulnerados.
Según cifras oficiales cada día asesinan entre 9 y 10 mujeres en México, pero sólo 2 de esos crímenes son investigados bajo los protocolos de feminicidio.
Estos datos destacan la necesidad urgente de contar con sistemas de justicia penal sólidos que hagan rendir cuentas a los responsables y, al mismo tiempo, garanticen el apoyo adecuado a las supervivientes.
El gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, desde los primeros días del sexenio, ha sido contundente al afirmar que ¡es tiempo de mujeres sin violencia!. Lo anterior se ha traducido en acciones para cumplir en el 2025 con la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un plan para hacer realidad los derechos de las mujeres y la igualdad de género.
Las reformas constitucionales aprobadas recientemente en materia de igualdad sustantiva, no sólo son una cuestión de justicia, sino una cuestión de dignidad y respeto para las mujeres y para un futuro libre de violencia para nuestras niñas y adolescentes.
Recalco aquí la importancia de la inclusión en el texto constitucional de la obligación de las entidades federativas de contar con fiscalías especializadas en la investigación de delitos contra las mujeres, propuesta que el Partido Verde impulsó durante la pasada campaña electoral y que compartimos con nuestra Presidenta, la Doctora Claudia Sheinbaum.
Era imperativo que lo anterior transitara para poner fin a la impunidad. Pero los cambios no bastan si no se acompaña con un cambio cultural profundo. Cambiar nuestra mentalidad es tan importante como cambiar las leyes. Todas y todos tenemos que tomar conciencia de la gravedad del problema y actuar para erradicarlo.
Solo así podremos aspirar a una sociedad donde las mujeres vivan con plena dignidad, seguridad y en igualdad de derechos. Este día tenemos la oportunidad para reflexionar sobre el trabajo que queda por hacer. Continuaremos alzando la voz en contra de los altos índices de violencia, y no pararemos hasta erradicarla en cada rincón, atacando de raíz los reclamos por la igualdad y el acceso a una justicia con perspectiva de género.
No podemos olvidar las demandas de las mujeres de bajos ingresos, rurales, indígenas y con discapacidad que luchan por su empoderamiento económico, político y social. Como lo hemos dicho desde esta tribuna, es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres. Pero no habremos llegado todas mientras no paren los feminicidios, mientras no tengamos acceso pleno a nuestros derechos y mientras siga existiendo un silencio cómplice frente a las agresiones.
Desde aquí estamos enviando un mensaje poderoso de que las mujeres, adolescentes y niñas "tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia". Seguiremos con nuestra lucha por la vida, porque queremos y merecemos vivir de forma libre y segura y porque queremos un México en el que nuestras niñas y adolescentes sueñen libremente con su futuro, uno en el que puedan caminar y ser ellas mismas sin miedo. Es cuanto.