Con el permiso de la presidencia,

Quisiera dar la bienvenida al ciudadano Rogelio Eduardo Ramírez de la O y a las demás ciudadanas y ciudadanos que buscan la ratificación del nombramiento que la Presidenta Claudia Sheinbaum les ha otorgado en la alta estructura de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Es grato constatar experiencia y profesionalismo suficientes para llevar a cabo las funciones asignadas. 

En el marco de la ratificación de estos nombramientos, me gustaría abordar un tema clave para el gobierno y para la continuidad de la transformación de la vida pública, mantener la prudencia que ha caracterizado el manejo de las arcas públicas.

En esta línea, primero reconozco las acciones que la Secretaría de Hacienda ha implementado para equilibrar el uso responsable de la deuda, mejorar las condiciones de los pasivos heredados de gobiernos anteriores a nuestro movimiento y asegurar la implementación del proyecto de gobierno que la mayoría del pueblo eligió desde 2018 y que ratificó indiscutiblemente en las pasadas elecciones. En particular, es destacable que la Secretaría logró mejorar el perfil de vencimientos de la deuda pública en pesos, incrementó el plazo promedio del portafolio de deuda y mejoró la liquidez para los años 2025 y 2026, contribuyendo así al proyecto de la Presidenta Claudia Sheinbaum.

También es importante subrayar las acciones emprendidas para incrementar la recaudación. En este aspecto, celebro que, durante el periodo de enero a septiembre de 2024, se logrará un incremento de ingresos presupuestarios de un 3.3 por ciento real en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este aumento no se habría alcanzado sin la política de cero defraudaciones fiscales, que resultó en un crecimiento del 5.3 por ciento en la recaudación tributaria.

Estos logros nos comprometen a redoblar esfuerzos para mantener y superar esta tendencia. En este sentido, reitero que la estabilidad de las finanzas públicas es un pilar fundamental para el desarrollo económico. Sin embargo, en un contexto donde la recaudación no ha alcanzado niveles óptimos y no se prevé una reforma tributaria inmediata, surge la necesidad de ajustar el gasto público para mantener un déficit controlado.

Por ello, me gustaría preguntarles, ¿cuáles son las áreas clave en las que se focalizarán los recortes de gasto y cómo se asegura la Secretaría de que estas decisiones no impactarán en los programas prioritarios del gobierno?

Desde el inicio de este movimiento y de la transformación de la vida pública que lo acompaña, se ha buscado dotar al actuar gubernamental de un sentido social, priorizando acciones para apoyar a quienes menos tienen. Esto se ha logrado mediante una redistribución del gasto orientada hacia los sectores más vulnerables. Por lo tanto, es fundamental trazar una línea clara para garantizar la continuidad de los programas prioritarios del gobierno, especialmente los sociales.

En la misma línea y para complementar mi pregunta, también me gustaría saber ¿qué enfoque o estrategia seguirá la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para garantizar que estos ajustes no afecten la calidad de los servicios a la ciudadanía?

Agradezco de antemano sus respuestas.



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