*Con la reforma constitucional, a propuesta de legisladores ecologistas, se reconocen obligaciones de los poseedores de animales y las consecuencias en caso de no cumplirlas. 

Después de una década de lucha, en el Partido Verde logró que la Cámara de Diputados aprobara, por unanimidad de votos, la reforma constitucional que faculta al Congreso de la Unión a legislar sobre bienestar y trato digno a los animales.

Se trata un cambio al artículo 73 de la Carta Magna, que permite a México estar a la vanguardia en materia de protección animal y evitar el maltrato de las especies, al reconocer que no son objetos que las personas puedan poseer o explotar, y obliga al Poder Legislativo a elaborar una Ley General de Bienestar Animal y armonizar las leyes estatales en la materia.

“El objetivo de la reforma es proteger las especies y evitar su maltrato o abuso”, expuso el diputado Fausto Gallardo García, quien reconoció que en México hay un trato insensible, de ahí, la necesidad de regular el bienestar animal, de ordenar todas aquellas actividades que involucre la participación de un animal, su tenencia y aprovechamiento de manera respetuosa y responsable.

Los legisladores ecologistas reconocieron el trato insensible, la violencia, el dolor y sufrimiento innecesario que se provoca a los animales de compañía y silvestres, por lo que la reforma constitucional, insisten, permitirá ampliar las leyes de protección a las especies con tiempo y lugar preciso.

El artículo menciona: “Dentro de los 180 días hábiles siguientes a la entrada en vigor del decreto, el Congreso de la Unión aprobará la Ley General de Bienestar Animal; asimismo, las legislaturas en los estados aprobarán en un plazo posterior no mayor de 180 días hábiles las leyes, reformas y adiciones que correspondan conforme al decreto y la ley general respectiva”.

El diputado Gallardo García insistió, el Partido Verde avanza en el cumplimiento de sus objetivos sobre la regulación del trato digno y respetuoso hacia los animales y genera mecanismos legales que garanticen el reconocimiento de las obligaciones de los poseedores de animales y las consecuencias a las que se harían acreedores en caso de no cumplirlas.