Con su permiso

Lamentablemente México es uno de los países líderes en obesidad, tanto en mujeres, hombres, adolescentes y niños. Se ha llegado incluso a decir, que el país tiene una epidemia.

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, en 2016 el 73% de la población adulta en México padecía sobrepeso: 7 de cada 10 adultos, 4 de cada 10 jóvenes y 1 de cada 3 niños.

De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se estima que, de no tomar cartas en el asunto a través de la implementación de mejores políticas públicas, para 2030, el 40% de los adultos mexicanos tendrá obesidad.

Estas enfermedades representan 7 de las 10 principales causas de muerte en el país, las dos más relevantes son diabetes y las enfermedades del corazón.

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y las gastadas.
A causa del ritmo de vida acelerado, en México y en el mundo se ha producido un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos que son ricos en grasa, sal y azúcares, pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes, esto debido a que son fácil de obtener y en ocasiones hasta más accesibles, económicamente hablando, que las opciones saludables.

En ese sentido, es evidente que necesitamos una acción más vigorosa para enfrentar este problema que está ya en unos niveles de impacto sobre el presupuesto en el sector de salud y otras causas de muerte.

Según cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) el gasto de bolsillo en enfermedades crónicas puede condicionar a una familia a caer en pobreza.

Por ejemplo, el caso de la diabetes: en 2016, la prevalencia de diabetes diagnosticada fue equivalente a 6.7 millones de mexicanos, es decir, el 9% de la población.

Si una familia promedio tuviera que gastar 20% entre el tratamiento, su ingreso disponible caería cerca de 101. Mil pesos.
Si una familia promedio tuviera que pagar el total del tratamiento, tendría que endeudarse y/o vender su patrimonio.

La prevención es una de las pocas formas efectivas para disminuir la demanda de servicios de salud. Bien dicen que vale más prevenir que curar.
En nuestra bancada, estamos de acuerdo en atender este problema que aqueja a todos los mexicanos y en destinar un porcentaje mayor de los ingresos públicos para la construcción de los fines planteados.

No obstante, debemos tener en cuenta que el IEPS desempeña un papel muy importante en las finanzas de nuestro país ya que está integrado por 10 impuestos.

Este impuesto en su totalidad actualmente representa el 14 % de los ingresos de Gobierno Federal, por lo que es importante considerar que el destino de estos impuestos queda establecido en la Ley del IEPS y en la Ley de Coordinación Fiscal que forma parte de la miscelánea Fiscal, misma que en próximas semanas estaremos discutiendo y aprobando en este Congreso, donde entonces, tendremos la oportunidad de estudiar a fondo y decidir el destino de las recaudaciones, buscando lo mejor para el país.

Es cuanto.