La reforma constitucional que presentó la Presidenta de la República, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo a esta soberanía tiene una gran relevancia para la protección de los sistemas agrícolas tradicionales del país, particularmente el maíz nativo que es un elemento de identidad nacional, tal como lo menciona la misma propuesta de la reforma.
Sensible a esta situación, el gobierno de la República ha considerado la necesidad de elevar a rango constitucional la relación intrínseca que existe entre el maíz y el derecho a la alimentación nutritiva suficiente y de calidad, siendo una obligación del Estado, garantizar que todas las personas tengan acceso a este producto.
Con esta reforma, además, se protegen todas las razas de cultivo de maíces nativos con los que cuenta nuestro país, así como sus parientes silvestres, debido a que se contempla que el uso de la tierra debe estar libre de cultivos y semillas para siembra de maíz transgénico. Esto es un elemento fundamental para la agricultura y la seguridad alimentaria de nuestro país, además de proteger a las comunidades indígenas que siembran algunas razas de maíz bajo sus usos y sus costumbres.
Además, de acuerdo con la tendencia global actual en la que el 85 por ciento de los países reconocidos por la ONU no siembran organismos genéticamente modificados, incluso existen fundamentos de carácter internacional donde sea prohibido el uso a la comercialización de ciertos organismos genéticamente modificados, tal como es la directiva 2015/412 de la Unión Europea, cuando las razones estén relacionadas con la política medioambiental.
El uso de transgénicos tiene un impacto implícito en los cultivos tradicionales y en nuestras semillas nativas al mezclarse por medio de la polinización con otras especies. Por eso, el Grupo Parlamentario del Partido Verde está a favor, no sólo de conservar la biodiversidad del país, sino también de incentivar la producción local y sostenible.
Muchas gracias.