- El senador explicó que algunos plaguicidas no solo eliminan insectos y hongos a los que están dirigidos, sino que lamentablemente también afectan a otras especies, como los polinizadores.
Con la finalidad de proteger a diversas especies de polinizadores que son afectadas por el uso de plaguicidas en la agricultura, el senador Gilberto Hernández Villafuerte propuso una serie de modificaciones y adiciones a la Ley Federal de Sanidad Vegetal y la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección Ambiental para reducir los efectos nocivos de los agroquímicos o plaguicidas en la biodiversidad y en la salud de los ecosistemas agrícolas.
Destacó que entre estas modificaciones se encuentran promover métodos alternativos para el control de plagas que sean seguros para la protección de los polinizadores, regular el uso de plaguicidas en zonas de alto valor ecológico para polinizadores, clasificar los plaguicidas de acuerdo con su nivel de toxicidad para los polinizadores, así como establecer zonas de protección en suelos agrícolas y naturales donde se restrinja el uso de plaguicidas y otras sustancias tóxicas, con el objetivo de conservar los hábitats de los polinizadores y prevenir el deterioro del suelo y la biodiversidad, entre otras acciones.
El senador explicó que si bien el uso de plaguicidas ayuda en la productividad de las plantaciones, retrasa su deterioro y mejora su aspecto de cara al consumidor, también cuentan con una gran cantidad de detractores debido a los riesgos de su uso, sobre todo cuando no se respetan las medidas de seguridad adecuadas o se abusa de ellos, entre los cuales destaca la contaminación del suelo y el agua, así como riesgos graves para la salud humana y daño a las especies.
Detalló que en México está autorizado el uso de 204 plaguicidas altamente peligrosos, que no solo eliminan insectos y hongos a los que están dirigidos, sino que lamentablemente también afectan a otras especies, como los polinizadores, que son de gran importancia para mantener el equilibrio ecológico y para la preservación de tradiciones y cultura de los pueblos, "como hemos visto en la muerte extendida de abejas en la península de Yucatán, lo que afecta a miles de personas que viven de otras actividades, como la apicultura", ejemplificó.
Explicó que polinizadores como las abejas vuelan para recolectar polen y néctar a una distancia de hasta dos kilómetros; sin embargo, pueden volar mayores distancias, en las que están expuestas a plaguicidas utilizados en decenas o centenas de parcelas.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) existe un preocupante aumento del mercado ilícito de plaguicidas, lo cual crea competencia desleal y perjudica la economía agrícola, además de que el uso inadecuado de estos plaguicidas acelera la resistencia en las plagas e impide un control efectivo sobre su impacto.
“Debemos comprender que la pérdida de los polinizadores, sobre todo de las abejas es un problema global y puede afectar negativamente a la producción de alimentos”, recalcó el senador y afirmó que no se puede pensar únicamente en sustituir los pesticidas de alta toxicidad por otros agroquímicos, por lo que insistió en que es necesario implementar otras estrategias basadas en un control integral sostenible.