Con el permiso de la presidencia;
En un mundo cada vez más interconectado, donde las decisiones nacionales trascienden fronteras y afectan múltiples áreas, el respeto por el marco jurídico internacional no es solo una cuestión de ética o responsabilidad, sino una necesidad para garantizar la paz, la estabilidad y el progreso colectivo.
El derecho internacional, consolidado a lo largo de los años a través de tratados, convenios y convenciones, no es simplemente una construcción formal, sino la base sobre la cual descansa el orden mundial que tiene como propósito esencial establecer normas que regulen las relaciones entre los Estados, garantizar la soberanía de cada nación y proteger los derechos fundamentales de las personas.
La historia nos ha enseñado que cuando los países optan por actuar al margen de estas reglas, los costos para la humanidad son altos. Las guerras, los desplazamientos forzados, las crisis humanitarias y los conflictos económicos son, en gran medida, consecuencia de la falta de respeto a las normas internacionales.
Por otro lado, cuando las naciones se adhieren a estos principios, se crean las condiciones propicias para la cooperación, el desarrollo sostenible y la resolución pacífica de controversias, en las cuales, nuestro país siempre se ha destacado por fomentar el respeto a la soberanía y la construcción de acuerdos entre las naciones.
El respeto a la soberanía de los Estados es uno de los principios fundamentales del derecho internacional en el que cada país tiene derecho a determinar su propio destino sin injerencias externas. Este principio, a su vez, debe estar en equilibrio con la responsabilidad de cada Estado de no causar daño a otros, ya sea en el ámbito político, económico o medioambiental. En este sentido, el respeto a la integridad territorial y la no intervención en los asuntos internos de otros países son elementos esenciales de una política exterior responsable.
Asimismo, el derecho internacional nos recuerda que los derechos humanos no conocen fronteras, todos los Estados tienen la obligación de proteger la dignidad y los derechos fundamentales de las personas, tanto dentro como fuera de su territorio. Las crisis migratorias, las violaciones de derechos humanos en conflictos armados y los ataques a la libertad de expresión o a la democracia son recordatorios constantes de la importancia de una política exterior que no solo respeta, sino que promueva activamente estos derechos.
En este sentido, la política exterior del Presidente López Obrador se ha llevado a cabo durante todo este sexenio con base en el respeto al derecho internacional, en los valores de paz, en el entendimiento mutuo, en la prosperidad compartida y en el respeto a la dignidad humana.
De la misma forma, nuestro país ha tomado como guía suprema los principios plasmados en la Constitución, a partir de ello, el Estado mexicano ha logrado consolidar la más estrecha y constructiva relación con los pueblos y gobiernos del mundo basándose en la cooperación, la amistad y el cumplimiento de sus obligaciones internacionales
Durante estos seis años, la acción multilateral del país se orientó en mantener una participación permanente en diversos foros para fortalecer el desarrollo nacional y acrecentar el bienestar de las y los mexicanos.
En estas reuniones, nuestro país impulsó la paz, la seguridad internacional y el respeto a los derechos humanos, así como el desarrollo sostenible. En este sentido, destacan los más de 500 proyectos coordinados por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo con el propósito de ejecutar Proyectos como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro en distintos países de América Latina con el objetivo de promover el bienestar de las personas en situación de vulnerabilidad, adaptados a las necesidades y características propias de cada país.
Además, los tratados y acuerdos globales sobre comercio, medio ambiente, seguridad y desarme han sido herramientas que han permitido una convivencia más justa y equitativa entre todas las naciones. Al honrar estos compromisos, nuestro país ha logrado defender nuestros intereses legítimos y al mismo tiempo ha fortalecido nuestras relaciones con los demás países del mundo siempre fomentando el respeto mutuo y la cooperación.
Por último, es importante destacar que el respeto al derecho internacional es un signo de fortaleza, de responsabilidad y de madurez política que demuestra la disposición de nuestro país para formar parte de una comunidad global donde las diferencias se han logrado resolver a través del diálogo y no de la fuerza.
Sin lugar a dudas, debemos seguir trabajando juntos para construir una comunidad global basada en el respeto, la justicia y la paz. Al hacerlo, no solo lograremos un mejor futuro para nuestros pueblos, sino que también honramos los valores universales que nos unen como humanidad.
Es cuanto, muchas gracias.