Con el permiso de la presidencia.

Compañeras y compañeros, quiero preguntarles ¿qué nos une este día estar aquí?, seguramente todos vamos a coincidir que es el amor a México, por eso me duele México, me duele Morelos.

Desde el año 2006, México se ha convertido en un país en donde, lamentablemente, nos hemos acostumbrado a la violencia por la irresponsabilidad de los gobiernos anteriores que, sin estrategia y sin marco legal, buscaron legitimarse ordenando a las Fuerzas Armadas salir de sus cuarteles para enfrentar al crimen organizado.

Desde hace más de 15 años, hemos visto desfilar distintos intentos por combatir el avance de los grupos criminales, desde la extinta Policía Federal hasta la Gendarmería; sin embargo, ninguno de estos intentos ha dado resultado, sino todo lo contrario, pues se ha documentado en más de una ocasión la infiltración criminal en estas corporaciones.

Una policía disciplinada y profesional no se logra en el corto plazo. Por el contrario, la estrategia que hoy se propone es distinta porque tiene un fundamento sólido en nuestro texto constitucional, producto del acuerdo de las distintas fuerzas políticas representadas en el Congreso Federal y por la mayoría de los Congresos de las Entidades Federativas.

Me refiero a la reforma constitucional publicada en marzo de 2019 que creó la Guardia Nacional como un cuerpo disciplinado y profesional con el objetivo de salvaguardar la vida, la libertad, la integridad y los derechos de las personas.

Antes de la entrada en vigor de esta reforma, no existía fundamento alguno que facultara al presidente para disponer de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, por lo cual, su uso era discrecional y tuvo como resultado graves violaciones a los derechos humanos.

No podemos permitir que continúen los abusos y errores del pasado, en materia de seguridad pública, esto implica un compromiso de largo plazo por lo que es necesario consolidar esta nueva corporación y dotarla de todos los elementos de los que disponemos actualmente para que pueda hacer frente a este enorme desafío que se encuentra México.

Los grupos delincuenciales se fortalecieron enormemente por la incapacidad y omisión de las autoridades para implementar un plan que combatiera el problema de raíz.

Hoy más que nunca, queridas diputadas y diputados, necesitamos de una corporación con personal de origen militar y marino, pero con formación policial para desarrollar una estrategia integral que nos otorgue la tranquilidad y la paz que anhelamos, resultaría poco serio negar que hoy la mayoría de los elementos que conforman la Guardia Nacional provienen de las fuerzas armadas y que justamente esa formación y disciplina ha sido pilar para combatir el crimen.

Por el contrario, debemos enfrentar el problema y entender de una vez por todas que necesitamos una institución fuerte encargada de prevenir y combatir la violencia que nos aqueja.

Yo les pido que dejen de lado sus colores e ideologías y se pregunten ¿qué pasaría si no realizamos los cambios que propone la iniciativa del Presidente para fortalecer a la Guardia Nacional? ¿Vamos a permitir que los grupos criminales sigan avanzando hasta apoderarse de regiones enteras, de nuestra tranquilidad y de nuestra paz?

Dejen de apelar a falsos dilemas, el texto del decreto es muy claro, el país no se está militarizando y tampoco se está entregando la seguridad pública a los militares, pues la Guardia Nacional es una fuerza de seguridad pública y, aunque sus elementos tengan origen castrense, en su actuación es una institución policial preparada para respetar los derechos humanos y para usar de manera racional la fuerza.

El Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México y de Morena, que me respaldan mis amigos diputados federales en el estado de Morelos, seguiremos siendo consistente en el actuar y estamos convencidos que este es el camino que debemos seguir para lograr la paz, por lo tanto, nuestro voto será a favor del dictamen, a favor de Morelos, no más a la extorsión en Morelos, a favor de México.

Es cuanto, muchas gracias.