Con el permiso de la Presidencia;

México es un país cuya privilegiada ubicación geográfica lo posiciona como una de las superficies más ricas en recursos naturales, donde la fauna silvestre juega un papel fundamental en el equilibrio ecológico en nuestro planeta.

Ubicados dentro del selecto grupo de naciones poseedoras de la mayor diversidad de animales y plantas, contamos con casi el 70 por ciento de las especies que forman parte de biodiversidad mundial; ocupando el primer lugar en el mundo en lo que respecta a reptiles con más de 700 especies; 300 especies de anfibios y 450 mamíferos.

Gracias a dicha diversidad y, aparentemente, a la disponibilidad de estas especies, muchas acciones realizadas por el ser humano se han tergiversado poniendo en peligro su subsistencia.

Lo anterior, ha obligado a nuestras instituciones a implementar acciones para lograr un correcto manejo de la fauna silvestre, cuyo objetivo debe centrarse en hacerla aumentar, conservarla de manera sostenible y dejarla en libertad y dejarla monitoreada para su cuidado.

A pesar de ello, durante décadas se consideró a la fauna como un recurso natural inagotable, el cual era explotado irracionalmente al grado de provocar la extinción de miles de especies; así como, poner en estatus de amenaza o en peligro de extinción a muchas otras más.

Desde el acelerado crecimiento poblacional y derivado de ello, la reducción de la cobertura vegetal y hábitats, hasta la intervención negativa del ser humano, son las causas que han llevado a una disminución alarmante del porcentaje de especies de fauna silvestre en nuestro país.

No obstante, aun cuando en la actualidad somos mucho más conscientes de la importancia de la vida silvestre, la realidad nos muestra que estamos lejos de lograr su adecuada conservación.

El caso que nos ocupa es la tenencia de fauna silvestre como mascota, pues a pesar de contar con un marco regulatorio que lo controla, son muchas las muestras que han evidenciado que ello no asegura el bienestar de estas especies.

Ejemplos son muchos, abundan las denuncias en medios de comunicación, como aquella mujer que paseaba con un cachorro de Bengala en un centro comercial de nuestro país; de las y los cantantes que periódicamente son captados con distintas mascotas silvestres, entre ellas, un león y una pantera negra, u otros ciudadanos encontrados con reptiles de grandes dimensiones es estadios deportivos, sin mayores restricciones.

Sin duda, la mayoría amparados en una legal tenencia que, como lo dije, mucha de las veces resulta insuficiente para garantizar tanto la seguridad del ejemplar como de las personas que lo rodean.

En el Partido Verde, históricamente, hemos insistido en erradicar cualquier acto que atente contra la dignidad, integridad física e, incluso, la pérdida de la vida de un animal como consecuencia de la convivencia con el ser humano.

Hemos tenido logros importantes en la protección de primates, pericos, distintas especies de tiburones, tortugas marinas y mamíferos marinos y en todos estos avances legislativos fuimos enfáticos en que no existe razón alguna que justifique la extracción de un animal de su medio silvestre para uso, explotación y aprovechamiento humano.

Respecto a la tenencia de ejemplares de fauna silvestre como mascota, científicos señalan que el ser humano por necesidad domesticó a algunas especies y las convirtió en animales de compañía; sin embargo, ha crecido el interés por tener animales silvestres como mascotas, pero al extraerlos de su hábitat se daña la naturaleza.

Aseguran que tener animales silvestres como mascotas, implica graves problemas para la salud y atenta contra la biodiversidad y sus consecuencias ocasionan daños irreversibles.

Es por todo ello que consideramos oportuna una modificación a la Ley General de la Vida Silvestre, para integrar el concepto de mascota o animal de compañía silvestre en términos de lo referido en el Reglamento de la Ley General de Vida Silvestre.

Así como para establecer la atribución de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para identificar y determinar las especies que pueden ser susceptibles de autorizarse como mascota o animal de compañía, con la finalidad de poner limites que garanticen el control estricto, la conservación y la protección de la fauna silvestre en nuestro país.

Estamos convencidos de que se trata de una reforma necesaria para contribuir a poner un alto a la desaparición de especies que son sustraídas de su medio natural, para ser reproducidas y vendidas sin observar que ello representa una vía acelerada para su extinción.

Insistimos en que ningún animal debe ser sometido a situaciones antinaturales y menos aun, cuando se trata de especies cuyo valor ambiental se mide por los servicios ambientales que presta, no sólo para su propia especie, sino para el planeta y la humanidad en general.

Por su atención, muchas gracias.

Es cuanto.