Buenas tardes, con la venia de la presidencia;

Rendir homenaje al Benemérito de las Américas es retomar nuestra responsabilidad cívica; es reafirmar en nuestra conciencia los ideales que Juárez encarnó; es un modo de reformar nuestra vocación por la justicia y el derecho; significa reconocer que la unidad de los mexicanos es condición sine qua non de la soberanía nacional.

 Recordar al Juárez universal es luchar para hacer prevalecer los derechos superiores del hombre y de cada nación, en un mundo que se torna cada vez más sombrío y agobiante, pero al cual habremos de sobreponernos si marchamos juntos los mexicanos en un ambiente de paz, democrático y de trabajo, usando como vehículo a las instituciones que nos hemos dado.

Nuestra nación se ha forjado ante grandes retos y es ante esos desafíos en los que la historia y los personajes que la hicieron se convierten en el asidero institucional para enfrentar el presente.

 Hoy recordamos al Juárez estadista, al indígena oaxaqueño que se convirtió en gobernante visionario,que instauró un proyecto modernizador de la nación, que postuló el orden dentro de la Ley, la paz basada en la justicia y la convivencia entre las naciones regulada no por la fuerza sino por el derecho. El que reafirmó, además, la organización del Estado laico con la formulación de las denominadas Leyes de Reforma, fortaleciendo el ideal republicano del mismo.

 En la compleja actualidad nacional es menester honrar la memoria del gran reformadorreafirmando nuestro compromiso de luchar contra la pobreza y de lograr que en nuestro país,se multipliquen los casos como el de Juárez, un niño oaxaqueño, indígena y pobre, que gracias a la educación y a su esfuerzo pudo superarse, llegó a ser presidente y se convirtió en hombre universal.

En nuestra Constitución están contenidos expresamente los principios juaristas que gobiernan nuestras relaciones con el extranjero; y dentro de ellos,destaca la no intervención en los asuntos internos de otros países, que sintetiza la máxima del Benemérito. Así como México cumple fielmente este principio, exige que se respeten nuestras decisiones internas.

 Es importante señalar que ante la rispidez internacional que pone a prueba la unidad de los mexicanos, el Gobierno de la República no ha hecho más que aplicar la norma constante de conducta juarista en las relaciones internacionales.

 Los mexicanos no admitimos, ni de adentro ni de afuera, nada que trate de colocarse sobre nuestra autoridad soberana. Por eso decimos que nuestro sistema democrático tiene por base esencial la observancia estricta de la ley. Ni los caprichos personales,ni el interés de ciertos grupos de la sociedad pueden transformar su esencia.

 Nuestra Carta Magna consagra la herencia juarista: asegura y protege la libertad de creencias, porque cada individuo, en su conciencia, puede creer en lo que estime ético, individual y socialmente conveniente, por ello,el texto constitucional no acepta diferencias en el ejercicio del derecho en lo religioso, como tampoco acepta las desigualdades o privilegios individuales por razones de tipo étnico, económico, geográfico, social, profesional o político.

 El pensamiento de Juárez está vigente en el fortalecimiento de las instituciones, en la consolidación de la democracia y en la preservación de las libertades, la independencia, la soberanía y la paz.

 En este 216 aniversario del natalicio de Don Benito Juárez, su obra se levanta inconmovible en la conciencia de las y los mexicanos libres, independientes y soberanos, que trabajan todos los días por salir adelante y hacerse con ello dignos merecedores del legado histórico que heredamos del gran reformador republicano.

 Es cuanto, muchas gracias.