Con su venia diputado presidente.
Nuestras y nuestros jóvenes viven tiempos complicados. Han nacido dentro de un escenario económico y social en donde las oportunidades laborales escasean, los salarios son bajos, y en donde los caminos para ascender socialmente se han diluido.
Si bien, como grupo social, la juventud es muy diversa y vive distintos tipos de desigualdad, pobreza y discriminación, ciertamente vive oportunidades de crecimiento y desarrollo limitadas en casi todos los sectores sociales.
Una de estas limitantes se encuentra en el acceso a la vivienda, el cual, a pesar de ser un derecho social establecido en los acuerdos internacionales y en nuestra Constitución, para las y los jóvenes, año con año la posibilidad de construir un patrimonio es cada vez más lejana.
En México, solo un muy reducido número de jóvenes puede acceder a la compra de una vivienda.
Según el "Estudio Diagnóstico del Derecho a la Vivienda Digna y Decorosa", realizado por CONEVAL en 2018, sólo el 2.6 por ciento de la población joven tiene acceso a una vivienda nueva, lo que equivale a menos de un millón de jóvenes, frente a los 36.5 millones de jóvenes que tendrán que rentar o compartir vivienda.
Esta situación también se ve reflejada en la calidad de la vivienda, ya que un 19.9 por ciento de las personas jóvenes en este país, presentaron carencia por acceso a servicios básicos de vivienda; y un 12.1 por ciento de las personas jóvenes presentaron carencia por calidad y espacio de vivienda. Lo anterior también en datos de CONEVAL.
Quedaron muy lejos los tiempos en donde los abuelos o los padres, contaban con la posibilidad de adquirir una casa o de comprar un terreno y construir un hogar y, aunado al crecimiento demográfico de nuestras ciudades, a las y los jóvenes les es prácticamente imposible adquirir una vivienda.
Bajo la apuesta de "no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera", establecida en el Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de México, la presente iniciativa busca garantizar los derechos sociales y el goce del bienestar para las personas jóvenes, incorporando el concepto de personas jóvenes mayores de edad.
También, se contempla a este grupo etario, como un grupo de atención prioritaria, respecto a los objetivos y beneficios de la política nacional de vivienda.
Igualmente, se establece esta prioridad en la Ley General de Desarrollo Social, respecto a los programas y apoyos de vivienda, así como en la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud, que incorpora en sus atribuciones, su participación coordinada en la elaboración y promoción de los programas destinados a la emancipación de las personas jóvenes mayores de edad, que garanticen su acceso a la vivienda digna y de calidad.
No podemos dejar de lado que las personas jóvenes mayores de edad, son las principales víctimas cuando las economías tienen crisis. Son quienes trabajan las jornadas laborales que peor se pagan en el mercado, quienes engrosan las listas de personas víctimas de la violencia y quienes, en este momento, muchos de ellos laboran sin seguridad social.
La vivienda es la base del patrimonio de una persona, da independencia respecto al hogar de origen y, sobre todo, es el espacio donde comparten y se desarrollan los seres humanos. Una vivienda permite dar identidad a la familia, al compartir espacios y seguridad.
Es por ello que presento esta iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman diversos artículos de la Ley de Vivienda y la Ley General de Desarrollo Social. Así mismo se adiciona una fracción Trece Bis al artículo 4 de la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud.
Es cuanto presidente. Muchas gracias.