Con el permiso de la presidencia;
El día de hoy, al conmemorar un aniversario más de la nacionalización de la industria petrolera en nuestro país, gracias a la cual pasaron a ser propiedad de la nación los bienes y recursos que hasta entonces se encontraban en manos de 17 empresas extranjeras, evocamos el evento más importante del siglo XX, después de la Revolución Mexicana, para la construcción de la identidad nacional.
Se trata de un hecho en el cual, como pocas veces en nuestra historia, el gobierno contó con el respaldo incondicional del pueblo para poner un alto al abuso de empresas extranjeras en contra de los trabajadores mexicanos y devolverle a la nación los recursos que le pertenecían.
Lo anterior fue clave para el desarrollo nacional, pues la expropiación petrolera nos permitió construir un Estado de bienestar robusto para todos los mexicanos. Buena parte del financiamiento de las instituciones sociales de nuestro país derivó del descubrimiento de vastos yacimientos en un contexto de alta cotización de los hidrocarburos.
Los recursos provenientes de PEMEX permitieron financiar durante casi ochenta años cuatro de cada diez universidades públicas, cuatro de cada diez hospitales y cuatro de cada diez carreteras en el país.
De esa magnitud y esa trascendencia fue la expropiación petrolera llevada a cabo por el presidente Lázaro Cárdenas, un patriota que supo convocar a la unidad nacional en torno a una causa tan justa como indispensable: defender el interés público de los mexicanos y hacer valer la soberanía de la nación frente a maniobras del capital extranjero que pretendía eludir los mandatos y obligaciones impuestas por el Estado.
La conmemoración del día de hoy debe ser motivo de orgullo, pero también de reflexión.
Es para enorgullecerse la actitud de serenidad y a la vez de firmeza que mantuvo el gobierno del general Cárdenas para concretar la nacionalización de la industria petrolera, a pesar de que las compañías extranjeras realizaron, dentro y fuera del país, una campaña con el objetivo de lesionar seriamente los intereses nacionales.
Para la reflexión queda la importancia de mantener la rectoría del Estado sobre áreas estratégicas para el bienestar y desarrollo de las y los mexicanos, así como valorar el esfuerzo encabezado por el gobierno del presidente Cárdenas y tantos otros patriotas que lo acompañaron en la lucha por recuperar los recursos petroleros que fueron claves para brindar a muchas generaciones de mexicanos oportunidades de progreso.
Lo anterior es particularmente importante en el marco de la discusión que habrá de darse en esta Cámara respecto a la industria eléctrica. Como pasó hace 84 años, quienes hoy tenemos el honor de servir al país en el ámbito público debemos garantizar, como en el caso del petróleo, que la electricidad sea la base para afianzar nuestra soberanía, que sea palanca para el desarrollo nacional y fuente de prosperidad y bienestar para todos los mexicanos.
Por eso, los diputados de la 4T comprometidos con nuestra patria, estamos realizando foros informativos para que la ciudadanía escuche y sepa de qué se trata esta reforma eléctrica, que es en beneficio de todos los mexicanos.
Muchas gracias, es cuanto.