Con la venia de la presidencia.

La calidad de vida es entendida de manera muy simple como la satisfacción de las necesidades colectivas e individuales, lo cual puede atenderse a través de la política económica y social de un gobierno.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo son tres los aspectos para medir la calidad de vida: Las habilidades, tales como conocimientos adquiridos, las experiencias y la capacidad de vinculación con el entorno social; las condiciones materiales de vida que incluyen ingreso, consumo, vivienda, acceso a servicios de salud y educación, condiciones de empleo, entre otros; las condiciones externas, es decir, el ambiente económico, social e institucional en el cual los individuos se desarrollan.

En este sentido, en junio de 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las mujeres, trabajó un nuevo marco de referencia que tendrá que ser transformador al abordar los impedimentos estructurales para la igualdad entre mujeres y hombres, así como el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres, con el fin de mejorar la calidad de vida del género femenino en todo el mundo.

Recordemos que a nivel internacional la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; el Programa de Acción acordado por 179 países en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994;

La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995, conocida como la Declaración de Beijing, así como la Plataforma de Acción que de ella resultó; y, más recientemente, las conclusiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) derivaron en la creación de un resolutivo por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas para incorporar como uno de los objetivos y ejes del desarrollo del milenio en el tema de igualdad de género.

En la Cumbre Río+20, en materia de desarrollo sostenible, se reconoció que los objetivos, las metas y los indicadores, incluyendo indicadores sensibles a género, son valiosos para medir y acelerar el progreso hacia el desarrollo sostenible, y que algunas de estas fuentes de desigualdades como la discriminación basada en género constituye una injusticia difundida en todas las sociedades.

Por lo señalado, es que en el Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México consideramos que se debe modificar nuestro marco legal en materia de género tomando como referencia la Declaración del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas, en donde la importancia de la igualdad de género se observa a través de un objetivo independiente.

Por todo ello, quienes integramos el Grupo Parlamentario del Partido Verde sometemos a consideración de esta Honorable Asamblea, el siguiente proyecto de decreto por el que se adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Igualdad entre Mujeres y Hombres.

Con el cual se pretende cumplir con los compromisos de la Agenda Río+20 de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible respecto al tema de género.

Si bien, esta agenda es ambiciosa, no se puede dejar de reconocer que se trata de acciones importantes para abonar en la lucha por el empoderamiento e inclusión plena de las mujeres en todos los ámbitos de la vida, lo cual, sin duda, es responsabilidad de todos.

Es cuanto.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO