Con la venia de la presidencia;
Compañeras y compañeros diputados;
Compañeros, en un régimen democrático la legitimidad es un elemento indispensable para gobernar, y aún más para transformar a un país. Lamentablemente, la configuración del sistema político mexicano, dada la actual correlación de fuerzas, hace que los procesos electorales sean más un factor de división y desgaste para la figura presidencial que un incentivo para la unidad de todos los mexicanos.
Hoy se ha abierto un debate en el escenario nacional sobre cuáles son los mecanismos que se deben de adoptar para reforzar nuestro sistema político a efecto de darle más y mejor legitimidad al gobierno. Hemos visto ya en esta tribuna las propuestas de Acción nacional y del Revolucionario Institucional, y en prácticamente todas las mesas de debate las posiciones de las demás expresiones políticas. El común denominador es legitimar a los poderes, transparentar su actuar y eficientar su ejercicio.
Por eso reconocemos que es el momento óptimo para adentrarnos a una reforma política de gran calado. No hacerlo representa un obstáculo para que la diversidad de ideas, que hoy caracteriza a la sociedad mexicana, esté bien representada en el Estado. No sentirse bien representado lleva al enojo social, lleva al estancamiento nacional lleva al inmovilismo político y por ende a la ingobernabilidad.
En este contexto procedo a exponer las iniciativas que el Partido Verde presenta, una al texto constitucional y otra a la ley secundaria, con la esperanza de responder a esos reclamos.
Proponemos establecer la segunda vuelta electoral en comicios presidenciales, así como los gobiernos de coalición en el ámbito federal. Con las salvedades que a continuación enuncio.
En la democracia actual del país, en el mejor de los casos encontramos que el que gana la elección lo hace con un tercio de la votación, es decir dos tercios, la mayoría, no voto por su proyecto y por eso, desde un principio su proyecto de nación tiene que remar contra corriente. En tal virtud proponemos que para ser electo Presidente se deberá ganar con más del 50 por ciento de la votación.
En el supuesto de que ningún candidato a la Presidencia obtenga el porcentaje de votación señalado, el candidato con mayor número de votos deberá informar por escrito al INE si opta por establecer un gobierno de coalición o por la segunda vuelta electoral.
Un gobierno de coalición deberá ser integrado con los partidos políticos que representen más del 50 por ciento de la integración de la Cámara de Diputados, que este por iniciar su periodo.
El gobierno de coalición será establecido mediante la suscripción de un convenio y deberá ser aprobado por la mayoría absoluta de los miembros presentes de la Cámara de Diputados. El convenio correspondiente debe contener el nombre de los partidos políticos coaligados; el programa de gobierno; el nombre de los ciudadanos propuestos para ser titulares de las Secretarías de Estado y empresas productivas del Estado; la agenda legislativa en común; y otros acuerdos necesarios para el desempeño del gobierno. En caso de que la Cámara de Diputados no apruebe la conformación del gobierno de coalición, el INE deberá llevar a cabo una segunda vuelta electoral.
Ahora bien, si ningún candidato a la Presidencia obtiene más del 50 por ciento de la votación y el candidato con mayor número de votos informa al INE que opta por la segunda vuelta electoral, en ésta contenderá también el candidato que haya obtenido el segundo lugar en la primera elección.
En este supuesto no será necesaria la integración de un gobierno federal de coalición, pero sí establecer un esquema de ratificación de los titulares de gabinete del Ejecutivo Federal por parte del Congreso de la Unión, excluyendo a los titulares de la Defensa Nacional y de Marina en virtud de su carácter estratégico para el titular del Ejecutivo Federal.
Asimismo, se propone que la Secretaría de Gobernación transite hacia una instancia organizadora del gabinete, cuyo titular se denominará "Jefe de Gabinete" y se desempeñará como coordinador de todas las Secretarías de Estado.
La reforma pretendida es sin duda robusta, mecanismos y detalles se pueden encontrar en el texto de las iniciativas, los invito a leerlas, comentarlas y construirlas con nosotros.
Es tiempo de cambiar para lograr que en la conformación de los proyectos de nación participemos todos y en esa misma medida construyamos gobiernos más fuertes, con amplio respaldo social, que permitan al Ejecutivo y al Legislativo compartir la responsabilidad de gobernar. Hoy gobernar también es legislar.
Por su atención, muchas gracias, es cuanto.