Jueves, 10 Abril 2014 09:16

DIPUTADO FELIPE ARTURO CAMARENA GARCÍA, RELATIVO AL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE EMILIANO ZAPATA Featured

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México, D. F., a 10 de abril de 2014

 

PARTICIPACIÓN DEL PARTIDO VERDE, EN VOZ DEL DIPUTADO FELIPE ARTURO CAMARENA GARCÍA, RELATIVO AL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE EMILIANO ZAPATA   

 

Con la venia de la Presidencia;

 

“Yo estoy resuelto a luchar contra todo y contra todos, sin más baluarte que la confianza y el apoyo de mi pueblo.” Emiliano Zapata

Muchas fueron las enseñanzas que nos dejó Emiliano Zapata, pero sin duda una de las principales fue la claridad y honestidad al hablar, siempre anteponiendo al pueblo por encima de cualquier otro interés, velando por los que menos tenían y señalando a los que reprimían a una nación sedienta de justicia y paz. Por eso hoy, con este pequeño acto, reconocemos a uno de los mexicanos más ilustres de todos los tiempos.

En un pequeño pueblo en el estado de Morelos, al sur de nuestro país, nació Emiliano Zapata Salazar, nada hacia entrever en ese entonces lo que la vida le deparaba: grandeza e inmortalidad.

Hoy recordamos solemnemente el 95 aniversario de la muerte del general Emiliano Zapata, acontecida el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos.

Pero no se trata sólo de conmemorar su muerte, sino de reflexionar sobre la trascendencia y el legado que este ilustre personaje heredo a las generaciones futuras de nuestro país.

Emiliano Zapata, como la mayoría de los grandes hombres, tuvo una vida dura que forjó su carácter desde pequeño, perdió a sus padres cuando todavía no alcanzaba la mayoría de edad y debido a esto su educación fue insuficiente. Sus padres le inculcaron las cualidades del valor y la integridad, mismas que aplicó a lo largo de su vida como dirigente agrario.

El principal objetivo de Emiliano Zapata era regresar la tierra a sus dueños originales, los campesinos de Morelos, debido a que los grandes hacendados poseían grandes porciones las cuales pertenecían inicialmente a los campesinos y utilizaban a estos como mano de obra para cultivar la caña de azúcar y otros productos primarios que eran exportados a países como Inglaterra, Estados Unidos o Francia.

Las haciendas de caña de azúcar en Morelos tenían la fama de condiciones laborales francamente lamentables, y los campesinos eran tratados como esclavos; lo cual a la postre supondría un caldo de cultivo para la rebelión e insurgencia.

Zapata en un principio fue seguidor y partidario del Movimiento Anti-reeleccionista cuyo principal líder era Francisco I. Madero, formó y dirigió el Ejército de Liberador del Sur apoyando la revuelta iniciada por Madero, pero una vez que Francisco I. Madero ocupó la presidencia, Emiliano Zapata quedó rápidamente desilusionado; ya que se dio cuenta de que el presidente no haría una verdadera reforma agraria.

Es en ese momento en que proclama el Plan de Ayala y rompe definitivamente su alianza y apoyo con el gobierno. En el Plan de Ayala,  el ejército del sur se desmarcó del movimiento de Francisco I. Madero, exponiendo los ideales agraristas clásicos del primer constitucionalismo social del mundo, la restitución de las tierras usurpadas y el reparto agrario de los grandes latifundios, ideales prometidos por Madero, los cuales no fueron atendidos.

Zapata se granjeó la simpatía de la gente, al punto de ser considerado un héroe por las familias de la región aún cuando esté ocasionaba la ira de las fuerzas federales en contra de la población.

Cuando Victoriano Huerta usurpó el poder, se ensañó sobre todo con la gente más humilde de la zona, incrementando la popularidad de Emiliano Zapata.

Una vez más, Emiliano Zapata y sus hombres defendieron a su pueblo a un gran costo, uniéndose a Venustiano Carranza para luchar en contra de Victoriano Huerta y desterrarlo del poder, lo cual consiguieron; pero nuevamente Emiliano Zapata quedó decepcionado por la falta de compromiso de Venustiano Carranza para realizar los cambios necesarios para forjar un país más equitativo.

Empujado por los eventos, Emiliano Zapata unió fuerzas con Francisco Villa, y se dirigieron con sus tropas a la ciudad de México tomando el control de la capital, pero ninguno de los dos ambicionaba el poder, por lo cual cada uno regreso a su hogar y Venustiano Carranza lo retuvo.

Debido a la amenaza que implicaba Emiliano Zapata para la estabilidad del régimen, se llegó a la decisión de asesinarlo. El plan consistía en atraerlo a una emboscada, la cual se concretó en la hacienda de Chinameca donde soldados del General Guajardo lo acribillaron.

De esta manera, su voz fue acallada, pero su pensamiento y personalidad quedaron inmortalizados en sendas frases como “Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado” y “Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres”, expresiones como estas empezaron a aparecer después de su muerte por todo el estado de Morelos, el objetivo era que sirvieran como recordatorio e inspiración para sus hombres.

Recordamos a Emiliano Zapata como un incansable luchador social, consciente de la importancia de la educación.

Las fuerzas zapatistas abrieron varias escuelas primarias para adultos en Morelos. Otra acción de los zapatistas, fue la expropiación de los ingenios y organizar el trabajo en las empresas confiscadas, de tal manera que se beneficiara directamente al pueblo; es decir, convertirlas en sociedades cooperativas.

Creó la Caja Rural de Préstamos en Morelos, la primera organización crediticia agraria del país, con esto quería demostrar que una cultura rural podía escapar a su destino, y posicionarse como una sociedad funcional y próspera.

Pero quizá su mayor logro es el de ser considerado como un auténtico líder popular, que no traicionó nunca sus ideales ni al pueblo por el que luchó.

Por lo antes mencionado, el Partido Verde Ecologista reconoce la figura de Emiliano Zapata como un hombre visionario, abanderado de la reforma agraria y símbolo de la redención social en nuestro país. Su ejemplo de lucha, sacrificio y constancia nos anima seguir trabajando por un México más justo y sensible a las necesidades sociales.

En un día como hoy la mejor manera de honrar la memoria del General Emiliano Zapata, es poner en marcha políticas públicas encaminadas a hacer más productivo el campo, a hacerlo autosuficiente, y devolver el vigor necesario para generar soberanía y seguridad alimentaria.

Gracias por su tolerancia, señor Presidente,

Es cuanto compañeros diputados.  

   

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO

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