México D.F. a 23 de marzo del 2014

Boletín 046/14

 

 

• Gracias a programas de reciclaje se recolectaron 20 mil toneladas de papel lo que se traduce en más de 14 hectáreas de árboles que no fueron talados..

 

La senadora Ninfa Salinas Sada del Partido Verde presentó una iniciativa para que se elaboren, editen y produzcan libros de texto gratuitos u otros materiales didácticos que contengan un mínimo de 50 por ciento de fibras de material reciclado o de fibras naturales no derivadas de la madera o de materias primas provenientes de aprovechamientos forestales manejados de modo sustentable.

El documento que presentó en el Pleno del Senado también especifica que las autoridades educativas locales, en coordinación con la autoridad educativa federal, diseñarán e implementarán acciones que promuevan el reciclado de libros de texto gratuitos que hayan perdido vigencia o utilidad, a fin de que los materiales con que éstos fueron elaborados sean reutilizados en la producción de nuevos libros.

La legisladora comentó que el propósito de las reformas que presentó consisten en impulsar el uso de papel de bajo impacto ambiental a través del sector de libros de texto gratuitos y materiales didácticos, así como promover la congruencia entre las acciones ambientales y las educativas a fin de que se logre un mayor impacto en la conciencia ambiental de los estudiantes.

Indicó que en México cada ciudadano genera cerca de 370 kilogramos (kg)  de residuos al año, cifra que se encuentra por debajo del promedio de los países de la OCDE que es equivalente a 540 kg, pero que el país no es capaz de recolectarlos, ni posee la infraestructura para disponerlos adecuadamente.

Salinas Sada lamentó que en la nación la tasa de separación y reciclado de papel, vidrio y plástico sea muy baja. “Casi el 40 por ciento de los residuos generados son susceptibles de aprovechamiento, y sin embargo sólo el 11 por ciento se somete a una recolección selectiva para finalmente ser reciclados”.

Por ello, dijo, el reciclado de papel constituye una valiosa oportunidad para minimizar los daños ambientales inherentes a su ciclo de vida, como la disminución de la superficie forestal, el uso de grandes cantidades de agua y la emisión de gases de efecto invernadero. De igual forma, ofrece ventajas económicas como el ahorro de recursos.

Asimismo, recordó esfuerzos institucionales como los que desarrolla la Comisión Nacional de Libros de Texto (Conaliteg) que a través del programa “Recicla para Leer”, de acuerdo con el Informe de Rendición de Cuentas de la Administración Pública Federal 2006 – 2012, logró la recolección de 20 mil toneladas de papel y cartón en desuso de las cuales se obtuvieron cerca de mil 500 toneladas de papel nuevo. Ello representa ahorros anuales del orden de 25 millones de pesos en la compra de papel para la elaboración de libros de texto gratuitos.

Además, lo anterior se traduce en 14.49 hectáreas de árboles que no fueron talados, 37.81 toneladas de contaminantes que no se emitieron y el ahorro de 31 mil metros cúbicos de agua así como de 5.17 millones de kilowatts por hora de energía eléctrica.

Mencionó que a pesar de que actualmente un gran número de libros de texto gratuitos ya se elaboran a base de papel reciclado, las reformas propuestas continúan resultando pertinentes, no sólo porque elevan al grado jurídico los esfuerzos institucionales de la Conaliteg, sino también porque fortalecen los medios para coadyuvar simultáneamente a su logro.

Ello en razón de que si bien los esfuerzos actuales han generado un nicho comercial favorable al medio ambiente, no tienen sustento legal alguno pues el artículo 26 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios al Sector Público establece que “el papel para uso de oficina del sector público deberá contener fibras recicladas o prevenir de aprovechamientos forestales sustentables”, declaró.

“Sin embargo, no se convoca a que así sea en el caso específico de los libros de texto gratuitos, ni tampoco plantea medios para lograrlo. Esta falta de sustento legal deja los esfuerzos institucionales a la ‘buena voluntad’ de la Administración Pública Federal, voluntad que puede o no ser permanente. Así las reformas que propongo resultan necesarias para garantizar a largo plazo la incorporación de la visión sobre la importancia ambiental de utilizar materiales reciclados en el sector educativo”, finalizó la legisladora ecologista.

   

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO