Con cambios que obligan a los sindicatos a transparentar y rendir cuentas a sus agremiados, así como a elegir a sus dirigencias mediante voto libre, secreto y directo, el Senado devolvió a la Cámara de Diputados la reforma laboral.

En la sesión, el PRI cedió a la transparencia, pero se opuso a votar junto con la izquierda y el PAN la democratización sindical y la rendición de cuentas.

Con un quórum total de 128 senadores, y tras una maratónica sesión de más de doce horas, el Senado hizo ocho cambios a la iniciativa preferente enviada por el presidente Felipe Calderón, por lo que ahora serán los diputados quienes determinen si aceptan o no los ajustes.

Con sus 62 votos, el PRI y sus aliados tenían perdida la votación frente al bloque del PAN y las izquierdas que juntos tuvieron en todo momento 66 votos.

Por ello, de última hora el tricolor cambió de estrategia en el debate y, en forma sorpresiva, el vicecoordinador priista, Arturo Zamora, anunció que se sumarían a los cambios en los artículos 364 bis, 365 bis, 391 bis y 424 bis, “porque queremos que se escuche bien y claro, que no nos oponemos a la transparencia en ningún ámbito de la vida pública del país”.

En el curso del debate, la hija de Elba Esther Gordillo y única senadora de Nueva Alianza, Mónica Arriola, rompió el acuerdo con el PRI para votar el rubro de democracia.

Desde su escaño, y en medio de aplausos, votó junto con la izquierda y Acción Nacional el artículo 371, a fin de que haya rendición de cuentas y que la elección de los dirigentes sindicales se haga mediante voto libre, secreto y directo, “para proteger la autonomía de su voluntad, sin que existan presiones o coacción alguna”.

A una semana de vencer el plazo para que el Senado procesara esta iniciativa preferente, el pleno aprobó antes de la comida la reforma laboral en lo general, con 100 votos a favor del PRI, PAN, PVEM y Nueva Alianza, así como con 28 votos en contra del PRD, Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, que finalmente votó unido luego de que por la mañana el ex candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador pidió al Frente Progresista Legislativo rechazar esta reforma.

Ya votado en lo general, el PRD presentó reservas a 59 artículos y el PAN a otros seis, tras lo cual se fueron a un receso de más de una hora, que la perredista Alejandra Barrales, secretaria de la Comisión del Trabajo, aprovechó para reunirse con priistas, a fin de convencerlos de ir juntos en transparencia.

 

Modificada la LFT en 66 por ciento

Al fijar posturas respecto a esta reforma, que modifica 66 por ciento de la Ley Federal del Trabajo, el ex secretario del Trabajo, Javier Lozano, defendió el proyecto calderonista al aseverar que “es la única manera segura de que tengamos más inversiones nacionales y extranjeras en nuestro país”.

A su vez, la perredista Dolores Padierna aseguró que es una reforma hecha a modo de los patrones, dueños de las empresas agrupadas en el Consejo Coordinador Empresarial y la Concamin, que se traducirá en una desregulación total de las formas de contratación.

Por el PRI, David Penchyna sostuvo que esta reforma laboral, por sí sola, no resolverá el problema de generar más empleos ni activará la economía, por eso el PRI alista nuevas reformas en materia energética, hacendaria y educativa, porque “esa es la agenda de nuestro partido”.

El hidalguense estableció que el PRI está a favor de la transparencia y democracia, pero está por un concepto de la autonomía sindical con base en lo que establece la Constitución.

Más tarde el PRI se allanaría a transparentar la información del registro de los sindicatos, con versiones públicas de sus estatutos y hasta subirlos al internet.

No obstante, el tema de democracia contenido en los artículos 371 y 373 encendió los ánimos.

En el 371 el PRI y el Verde no sólo votaron en contra, sino que subieron a la tribuna para defender su posición en contra de la democracia sindical, que obliga a las organizaciones a elegir a su dirigente por medio del voto libre, directo y secreto.

Los priistas Humbetro Mayans, Omar Fayad y el ecologista Pablo Escudero acusaron que se violan la Constitución e instrumentos internacionales que salvaguardan la autonomía sindical y los derechos humanos.

“Un intento como este es legislar al margen de los trabajadores”, argumentó Humberto Mayans del PRI, quien diría que así se les trata como subnormales.

El perredista Manuel Camacho reviró que es una contradicción evitar la democracia y hablar de derechos humanos. “Aquí se definen dos campos: se está a favor de democracia o a favor del autoritarismo”. Finalmente, se aprobó por 67 votos contra 61.

Durante la discusión del artículo 373, que habla de la rendición de cuentas, se subió el tono aún más, cuando el panista Jorge Luis Preciado al argumentar que los senadores que son dirigentes sindicales, como Armando Neyra (CTM) e Isaías Gonzalez (CROC), debieron excusarse de la discusión al tener un “interés directo”. El panista los llamó “sirvientes” y recibir “línea” de Enrique Peña.

“Yo aspiro a que no haya más senadores sirvientes del presidente de la República y a que no haya un Presidente que sea sirviente de los poderes fácticos y de los sindicatos”, planteó Preciado.

Ante esto, Penchyna subió enfurecido para reclamar que no tenga la humildad de reconocer que Peña ganó la elección presidencial y el PAN se quedó en tercer lugar.

Por su parte, la panista Angélica Rojas arremetió contra la opacidad en el gasto de las cuotas sindicales y en alusión a gremios como el que encabeza el petrolero Carlos Romero Deschamps exigió que se conozca el destino de ese recurso.

Por último, el bloque de la derecha y la izquierda volvieron a vencer al PRI en la reforma al 388 y el 390 que obliga a que los contratos laborales sean votados antes de que el trabajador los firme.

 

Los escenarios legislativos

Después de 12 horas de discusión el Senado concluyó el debate de la reforma laboral con reforma a 8 artículos en materia de democracia, transparencia sindical y rendición de cuentas, tras lo cual el presidente de la cámara, Ernesto Cordero la remitió de vuelta a San Lázaro.

Cordero Arroyo dijo que se remite a los diputados con base en el artículo 72 constitucional párrafo “E” que permite procesar entre las cámaras las reformas ya votadas.

Con base a la fracción del artículo 72 constitucional “a partir de esta devolución y con el fundamento mencionado la Cámara de Diputados deberá analizar, discutir y votar únicamente el artículo que fue modificado y los siete que fueron adicionados por esta cámara. Si coincide con lo que estamos proponiendo, el decreto resultante lo enviará al Ejecutivo federal para su promulgación”.

Aclaró que si en San Lázaro no se aceptan las modificaciones y las adiciones hechas por los senadores regresarán el proyecto que consideren nuevamente al Senado, para que sus integrantes conozcan y analicen lo que propongan.

El pleno rechazó la reservas que todavía propuso el PRD en diversa materias y aprobó adiciones al artículo 424 en materia de trasparencia, que obligan a la Junta de Conciliación y Arbitraje a hacer públicos los estatutos de cada organización sindical y a entregar copia a quien lo solicite.

 

Fuente: MILENIO