Jueves, 09 Septiembre 2010 07:42

POSICIONAMIENTO DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PVEM EN VOZ DEL DIPUTADO EDUARDO LEDESMA ROMO, EN EL MARCO DE LA GLOSA DEL CUARTO INFORME DE GOBIERNO DE FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, EN MATERIA DE POLÍTICA EXTERIOR Featured

Rate this item
(0 votes)
Pareciera que las relaciones diplomáticas de México con Estados Unidos dan mayor preponderancia al combate al crimen organizado que al respeto de los derechos humanos de nuestros connacionales que emigran a ese país, por lo que nos pronunciamos porque la Cancillería fortalezca las acciones de protección y defensa ante procesos de deportación de migrantes mexicanos en los Estados Unidos de Norteamérica.

México, D.F., a 09 de septiembre de 2010

Con el permiso de la Presidencia Compañeras y compañeros legisladores

En un entorno Internacional de grandes transformaciones nuestro país está obligado a replantear la estrategia, que le permita recuperar el prestigio perdido en el ámbito internacional y que le signifique una mayor capacidad de negociación en beneficio de los intereses nacionales.

Como en el pasado la política exterior actual tiene su fundamento en los principios de no intervención, libre autodeterminación de los pueblos, igualdad jurídica de los Estados, solución pacífica de controversias y la cooperación internacional para el desarrollo, la que sólo debe ajustarse a la realidad contemporánea mediante una conducta internacional más dinámica.

Desafortunadamente la política internacional se ha mostrado pasiva y reactiva ante hechos ya consumados.

En este tenor es innegable la respuesta tardía y tibia que tuvo el Gobierno mexicano ante la promulgación de la Ley SB1070, que permite a las autoridades detener en Arizona, sin orden previa, a una persona que se sospeche haya cometido alguna ofensa pública.

Debido a la naturaleza potencialmente racista del contenido de la Ley SB1070 y a un numeroso grupo de mexicanos residentes ilegales en Estados Unidos, el gobierno de México a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, con pleno respeto al principio de no intervención, debió haber estado mejor informado para llevar a cabo acciones diplomáticas oportunas.

Aún cuando en el Cuarto Informe de Gobierno se enfatiza que “la protección de los mexicanos en el exterior es una clara prioridad de la Cancillería y que la labor cotidiana de la Red Consular de México, no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo busca asegurar el respeto a los derechos de nuestros connacionales, independientemente de su situación migratoria”, la defensa que la Secretaría de Relaciones Exteriores ha realizado respecto a sus derechos no ha sido contundente.

Por el contrario ha sido reactiva en la muerte de migrantes mexicanos en manos de la patrulla fronteriza, baste señalar el caso del migrante mexicano Anastasio Hernández Rojas, quien falleciera a causa de las agresiones por parte de la policía norteamericana en el cruce fronterizo San Ysidro, California – Tijuana, Baja California.

Pareciera que las relaciones diplomáticas de México con Estados Unidos dan mayor preponderancia al combate al crimen organizado que al respeto de los derechos humanos de nuestros connacionales que emigran a ese país, por lo que nos pronunciamos porque la Cancillería fortalezca las acciones de protección y defensa ante procesos de deportación de migrantes mexicanos en los Estados Unidos de Norteamérica.

En otro aspecto, no podemos negar el peso que posee Estados Unidos en el diseño y ejecución de nuestra política exterior. Sin embargo, ello no debe conducir a un reduccionismo que concentre el trato Internacional a un sólo país.

Aun cuando se han fortalecido las acciones de cooperación bilateral contra la delincuencia organizada transnacional, en el marco de la Iniciativa Mérida. Nuestro país no ha recibido con fluidez, ni en su totalidad los fondos prometidos.

Si bien la Iniciativa Mérida constituye un reconocimiento de corresponsabilidad entre México y Estados Unidos en la lucha contra la delincuencia organizada, el avance en materia de las relaciones bilaterales, es incompleto.

Peor aún la  inversión de los fondos derivados de la Iniciativa Mérida y las operaciones de las autoridades encargadas del combate al crimen organizado no han logrado detener la violencia relacionada con el narcotráfico, que ha dejado más de 28 mil muertos en los últimos cuatro años. De igual forma tampoco parece haber reducido el acceso a las drogas. Tan sólo en seis años creció el 50 por ciento el número de personas adictas a las drogas ilegales [1].

Las acciones derivadas de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte y las realizadas en el marco de la Iniciativa Mérida para contener el tráfico ilícito de armamento, tampoco han sido suficientes, tan sólo de enero a julio de este año las corporaciones policíacas y las fuerzas armadas han decomisado más de 20 mil armas [2]. Más aún cerca del noventa por ciento de las armas que se decomisan proceden de Estados Unidos [3].

Es claro que nuestro país demanda una política genuina de diversificación con mayores márgenes de maniobra en lo político y en lo económico. Hasta ahora la presente administración no ha logrado conciliar la realidad geopolítica y geoeconómico de nuestra vecindad con Estados Unidos, con la necesidad de una política exterior independiente.

La política internacional mexicana se ha diluido en un mayor acercamiento para responder a los intereses de Estados Unidos, lo que solo ha dado lugar a disminuir el diálogo, perdiendo nuestro país el derecho a disentir en lo que considera esencial para preservar su autonomía.

Hemos firmado desde el año de 1994, más de 11 Tratados de Libre Comercio que no se han sabido aprovechar, ya que el intercambio comercial principal de México sigue siendo con Estados Unidos, al que destina más del 80 por ciento de sus exportaciones; que lo estanca en una dependencia comercial.

Ha llegado el momento de reposicionarnos como líder latinoamericano, no podemos seguir basándonos en la interdependencia económica, urge recuperar los espacios de independencia para que nuestro país pueda avanzar en los temas coyunturales como la migración, el tráfico de armas y el comercio.

La pérdida de importancia de México en el escenario diplomático mundial, principalmente como intermediario de Latino América frente a la comunidad internacional, posición que hoy ocupa Brasil, no ayuda a que nuestro país tenga un papel más protagónico en la defensa del interés nacional.

Finalmente aún cuando en el Cuarto Informe de Gobierno se establece la estrategia de reforzar y extender los lazos políticos, económicos y culturales con el concierto internacional, queda pendiente diversificar la política exterior, con proyectos innovadores en materia energética y científica, pues el desarrollo nacional exige tomar en cuenta otras prioridades internacionales.

Por su atención, muchas gracias.
Read 11 times