Bienvenidos todos, la verdad es muy bonito ver un auditorio así de lleno y que haya tanta participación. Quiero darle la bienvenida a la Maestra Josefa González Blanco, Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales; también le quiero dar la bienvenida a la diputada Beatriz Manrique, Presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados. Le quiero dar la bienvenida al Biólogo Andrew Rodhes, Comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas y al señor Jean Baptiste Sabatié, Director regional de la Agencia Francesa de Desarrollo.

417 mil hectáreas, creo que esa es la cantidad de Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación ( ADVC), son 388 alrededor de 20 Estados de la República. Se dice fácil pero ha costado mucho trabajo llegar a donde hemos llegado como país, en términos de las ADVC y lo digo porque en 1917 se declaró la primer área natural protegida que fue Desierto de los Leones, para quien no lo sabe, desde 1917 se declaró y luego no avanzamos mucho, fueron muchos años y ya alrededor de los 80 crecimos un poco más.

Desde que el biólogo Andrew Rodhes tuvo la cortesía de invitarme personalmente a este evento me entusiasmo mucho participar en él. No sólo porque se trata de un tema de la mayor importancia para el sector ambiental sino por la suma de esfuerzos que convergen en él. Recordando la manera en que fueron presentadas las reformas por las que fueron destinadas las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación en noviembre del 2007, merece la pena destacar que se trató de un proceso legislativo, impulsado desde la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales y Cambio Climático con la participación de legisladores de todas las fuerzas políticas.

El propio objetivo que persiguen las ADVC entrañan en sí mismo un componente participativo en el que se busca que los pueblos indígenas, las organizaciones sociales y las personas físicas y morales, destinen de manera voluntaria los predios de su propiedad a la conservación de los recursos naturales, con la única satisfacción de continuar y contribuir al derecho humano de todos los mexicanos a un ambiente sano.

Incluso este evento constituye un ejemplo de participación plural, pues fue organizado y coordinado por el Poder Ejecutivo, representado a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y con Adrew Rodhes, Comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas; y por otro lado, el Congreso de la Unión, a través de las Comisiones de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores.

Asimismo, contamos con la participación del sector social y privado, representado por los ejidos, comunidades, propietarios, empresas y todas las personas que nos acompañan el día de hoy a escuchar estas experiencias exitosas de conservación voluntaria; incluso contamos con un componente de cooperación internacional, representado en este evento por la agencia francesa de desarrollo a la que agradecemos profundamente por voltear la mirada hacia México para el impulso de proyectos para la conservación , de nuestros recursos naturales.

En este sentido la conclusión es clara: el medio ambiente, y lo he venido diciendo en varios foros, no es de nadie es de todos y es de las personas que deciden emprender esa lucha por el cuidado del medio ambiente y sólo con la suma de voluntades sin mezquindad ni protagonismos lograremos cumplir el objetivo de ponerlo al centro de las políticas públicas y conservarlo en beneficio de las generaciones futuras y de las presentes. Esto ya nos alcanzó, ya estamos en el futuro.

Voluntad de los propietarios para destinar sus predios a la conservación; voluntad del Poder Legislativo para emprender las reformas necesarias para lograrlo; nosotros somos facilitadores, ahorita vengo de la Cámara de Senadores y estamos emprendiendo un tema de plásticos, somos facilitadores para llegar y lograr las mejores leyes en beneficio de los ciudadanos y sobre todo la voluntad del Poder Ejecutivo en este proceso y permitirles contar con área natural protegida de competencia de la federación.

Voluntad de la comunidad internacional para emprender proyectos de cooperación para el desarrollo sustentable.

Es por ello que me complace participar en este evento y las cifras son contundentes: a tan sólo 10 años de su creación, las áreas protegidas voluntarias han sido triplicadas, pero además su naturaleza voluntaria prácticamente garantiza un éxito, pues los particulares tienen en la convicción de conservar, con ello despresurizan la carga administrativa, financiera, material, humana para la autoridad, pues se trata de áreas que son gestionadas y protegidas por sus propietarios.

Sin embargo las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación no pueden ser asumidas como un fin por sí mismo sino que deben ser fortalecidas para que continúen cumpliendo con sus objetivos; aún resta mucho por hacer, tanto desde el ámbito de competencia del Gobierno Federal como del Poder Legislativo.

Como presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático del Senado de la República, estoy convencido de que las áreas protegidas privadas aún pueden contribuir en mayor medida al desarrollo de México.

Consideramos necesario que los propietarios cuenten con los estímulos necesarios para su establecimiento. Las acciones de conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales deben ser retribuidas, pues gracias a ellas todos los mexicanos disfrutamos de los servicios ambientales que proporcionan, como la recarga de acuíferos o la captura de carbono que mitiga los efectos del cambio climático.

Por otra parte, debemos reconocer que las áreas protegidas voluntarias no están exentas de padecer problemas e ilícitos, como la tala clandestina o la invasión de predios por eso las tenemos que apoyar y las tenemos que proteger.

En esta época de austeridad y recursos económicos limitados, el sector ambiental es de los primeros en ver reducidas sus capacidades. Por ello, es urgente que en la aprobación de los presupuestos de cada ejercicio fiscal, convenzamos a la Cámara de Diputados de que cada peso asignado al medio ambiente no es un gasto, sino una inversión para nuestro país, somos un país conservacionista y debemos asumirlo como tal y la conservación no está peleada con el desarrollo. Lo hemos platicado en múltiples ocasiones con el biólogo Andrew Rodhes.

Y por otra parte, el acompañamiento de la autoridad, a través del apoyo técnico de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, las acciones de inspección y vigilancia por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, y el involucramiento de los gobiernos locales, son indispensables para materializar el Principio 10 de la Declaración de Rio, el cual reconoce que "El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos".

Finalmente, considero necesario que seamos más creativos en la forma en que comunicamos, no sólo las bondades de las áreas naturales protegidas, sino la urgente necesidad de conservarlas. Es indispensable sensibilizar a la sociedad, incluso a las propias instituciones públicas, sobre la importancia de encontrar un equilibrio entre progreso económico y protección de la naturaleza: el tan anhelado desarrollo sustentable.

Por ello celebro la organización de este evento. Tengan la confianza de que encontrarán en la Comisión de Medio Ambiente del Senado de la República, a un aliado en cualquier acción orientada al fortalecimiento de las Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación.

Muchas gracias.