Con el permiso de la presidencia;

Basta de mentir y basta de la falsa argumentación.

La oposición no reconoce que tenemos una mayoría legítimamente constituida y que es gracias al voto popular del pueblo de México.

La reforma que hoy estamos analizando tiene como base una premisa clara y una exigencia de todas y todos los mexicanos, haremos más con menos, que se escuche fuerte y que se escuche claro, esta reforma no quita ni un solo derecho, ni disminuye un solo servicio a favor del pueblo mexicano, por el contrario, lo que se propone es garantizar todos los derechos para los mexicanos, siendo más eficientes, siendo más responsables y erradicando la duplicidad de funciones.

El mandato es claro, cada peso que gasta el gobierno de México debe de tener un impacto positivo en la vida de todos y no solo en las burocracias que cuidan los intereses de unos cuantos.

En un país como el nuestro dónde a pesar de todos los esfuerzos sociales del último sexenio, millones de mexicanas y mexicanos siguen en situación de pobreza, no hay lugar para la duplicidad de funciones, ni para la fragmentación de órganos con tareas que puedan desempeñarse desde la administración Pública Federal.

Más allá de los colores, la tarea que tiene todo gobierno es la de mejorar la calidad de vida de la gente, que, si algo ha visto el pueblo de México con la pensión para adultos mayores, con los apoyos para jóvenes, madres jefas de familia, personas con discapacidad, pequeños productores, estudiantes, es que nuestro compromiso es que los derechos pasen de la ley a la vida diaria en cada uno de los mexicanos.

Si algo ha visto el pueblo mexicano con la cifra más alta de empleos formales de la que haya registro, que son más de 22 millones de empleos ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, es que el compromiso de la Cuarta Transformación es por un desarrollo económico que signifique prosperidad para todos, esos son hechos y no palabras.  

Aquí todos los grupos parlamentarios vienen a pronunciarse a favor de los apoyos, pero cuando hablamos de generar ahorros que permitan más apoyos, que permitan más obras, que permitan más acciones a favor del desarrollo económico infunden miedo y descalifican toda propuesta, es tanta la incongruencia que vienen aquí con discursos, con datos del INEGI y cuando les propones que sea el propio INEGI quien mida la pobreza, como mide otras tantas temáticas en el país, nos acusan de tiranía.

Cómo les explican a los mexicanos que se han destinado 32 mil millones de pesos a órganos que tiene funciones que se podrían realizan en las dependencias que por supuesto ya existían antes de la creación de estos mismos órganos. Quienes deben ver los temas de hidrocarburos y energía es la Secretaría de Energía, quien debe de ver los temas para mejorar la educación es la Secretaría de Educación Pública, quien debe de atender las cuestiones de las comunicaciones y competencia económica son las secretarías del propio ramo y quien debe de asegurar la transparencia son todos los poderes y todos los organismos sin excepción, si no lo cumplen que se sancionen con todas las de la ley.

Pero no permitamos que el dinero que pudo haber sacado de la pobreza extrema a 1.5 millones de personas en comunidades rurales, que pudo haber ayudado a más de tres millones de estudiantes a que cumplan sus sueños y que pudo haber significado que más de 12 millones de mexicanos tuvieran acceso a hospitales.

La vida pública, compañeras y compañeros, ha cambiado. Para cerrar, quiero dejar muy en claro que la austeridad que hoy impulsamos no significa limitar derechos, ni sacrificar servicios públicos esenciales, sino maximizar el beneficio de cada peso que se invierte, respetando el principio de racionalidad del gasto público.

Es cuanto presidenta.