Me dirijo a esta soberanía para expresar, en nombre del grupo parlamentario del Verde, nuestro respaldo a la propuesta de reforma que se está discutiendo. Una reforma que no solo es necesaria, sino que responde a la dinámica de transformación y modernización que exige el México actual.
Estamos ante una serie de modificaciones estructurales que buscan reorganizar y rediseñar el funcionamiento de nuestras instituciones, adaptándolas a los retos y prioridades de la actual administración. La propuesta no es simplemente una modificación técnica; es una reforma profunda que busca agilizar el ejercicio del gobierno y poner al servicio de la ciudadanía un aparato público más transparente, más profesional y más enfocado en los temas que realmente le importan a la gente.
El Partido Verde ha sido firme en su convicción de que la transformación del país requiere un enfoque más pragmático y moderno y la reforma propuesta no solo centraliza ciertos procesos clave, sino que lo hace con un enfoque claro en la eficiencia y en el aprovechamiento de las tecnologías emergentes.
En este sentido, no podemos quedarnos atrás en el contexto global. Vivimos en un mundo interconectado, digitalizado, donde los gobiernos tienen que ser más ágiles y transparentes. Es por ello que la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones y la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación son fundamentales. Estas nuevas entidades no solo serán una carga burocrática, sino una respuesta a la necesidad de un gobierno más ágil y más eficiente, utilizando como herramienta la digitalización.
Por otro lado, una de las modificaciones más significativas de esta reforma es el cambio de nombre de la Secretaría de la Función Pública por la de Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, un paso crucial hacia la consolidación de una cultura de transparencia y rendición de cuentas en el gobierno federal.
Con esta reforma buscamos hacer de la transparencia una prioridad, al tiempo que se promueven políticas públicas para la protección de los datos personales, la profesionalización del servicio público y la mejora continua de la gestión gubernamental.
El combate a la corrupción y la mejora de la integridad pública no pueden ser temas secundarios. Esta nueva secretaría, con sus facultades ampliadas, tiene el desafío de garantizar que cada peso federal sea gastado de manera eficiente y sin desviaciones, así como asegurar que las políticas públicas sean evaluadas y mejoradas constantemente. El fortalecimiento de la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno es, sin duda, una apuesta para recuperar la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
De igual manera, la reforma de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural es un avance significativo, especialmente en lo que respecta a la inclusión de la soberanía alimentaria como eje rector de la política pública.
En un país con tanta riqueza natural y tanto potencial en el sector agrícola como el nuestro es fundamental garantizar que nuestros productores tengan el apoyo necesario para incrementar la productividad agroalimentaria, promoviendo siempre prácticas sostenibles, resilientes y compatibles con la mitigación del cambio climático.
Por último, quiero destacar que este rediseño institucional tiene una mirada al futuro. A través de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación se consolida el desarrollo de la ciencia y la tecnología como prioridades en la agenda pública y como motores clave para el progreso de nuestra nación.
En un mundo que avanza a pasos agigantados, la innovación tecnológica debe ser parte esencial de nuestras políticas públicas y con esta nueva Secretaría México tendrá una plataforma más sólida para impulsar la investigación, la innovación y el progreso en todos los ámbitos.
Apoyemos este dictamen, pues las modificaciones que propone son a favor de un gobierno que actúe con responsabilidad y transparencia, con la mira puesta en construir un mejor futuro para todos. Es cuanto, presidente, muchas gracias.