Con su venia presidenta;
Hoy acudo a esta tribuna, no sólo como legisladora sino también como mujer, preocupada por reforzar nuestro derecho a la salud y la prevención del cáncer de mama en México.
El cáncer de mama, como sabemos, es una de las enfermedades de mayor incidencia a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se registran 2.3 millones de nuevos casos y lamentablemente 670 mil personas pierden la vida debido a esta enfermedad.
En nuestro país el impacto es alarmante, en el año 2022 se detectaron 23 mil 700 nuevos casos de cáncer de mama en personas de 20 años o más, según datos del INEGI, este tipo de cáncer es una carga tanto para los afectados y sus familias, como para el sistema de salud mexicano que enfrentan costos significativos derivados del diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
En América alrededor del 57 por ciento de los nuevos casos de cáncer y el 47 por ciento de las muertes ocurren en personas menores de 69 años, en América Latina y el Caribe la incidencia de cáncer de mama en mujeres menores de 50 años es del 32 por ciento, cifra significativamente mayor que en América del Norte donde se registra en un 19 por ciento, esta situación refleja una alarmante tendencia que debemos atender con urgencia.
Investigaciones científicas señalan que el aluminio y los parabenos son disruptores endocrinos, es decir, sustancias químicas que pueden interferir en el sistema hormonal, estos químicos se pueden utilizar en muchos productos de cuidado personal, tales como: conservadores, productos cosméticos, lociones, shampoos, desodorantes, sin embargo, estudios recientes han encontrado que estas sustancias podrían aumentar el riesgo de cáncer, por ejemplo, en un estudio del Reino Unido se encontraron rastros de 5 tipos de parabenos en tumores de mama de 19 de las 20 mujeres examinadas.
Es evidente que, la aplicación frecuente de estos productos que contienen estas sustancias, podrían contribuir a una exposición acumulada en el cuerpo humano, motivo de preocupación, el Instituto Nacional del Cáncer y otros organismos, han indicado que los compuestos de aluminio especialmente los utilizados en antitranspirantes pueden ser absorbidos a través de la piel y actuar como estrógeno en el organismo, estimulando así el crecimiento de células mamarias.
De hecho, el diario de aplicación toxicológica la revista de Bioquímica Inorgánica, han documentado que los niveles de aluminio en el tejido mamario eran notablemente altos en mujeres que usaban antitranspirantes, esta es una evidencia contundente que no podemos negar.
Es importante señalar que nuestra propuesta no pretende que el Estado sea prohibitivo con el consumo, no busca alarma, sino informar y otorgar a los consumidores el derecho a saber lo que están adquiriendo y aplicando en el cuerpo. Esta iniciativa refleja nuestro compromiso con la salud pública y responde a la necesidad de fortalecer la prevención de enfermedades como el cáncer de mama que cobra la vida de miles de mujeres.
Esta reforma es un llamado a implementar medidas preventivas que no solo protejan la salud, sino que también fomenten su consumo informado, tal como ocurrió con el etiquetado de alimentos y tabacos en México, que ha resultado en una mayor conciencia sobre la salud alimentaria y reducción del consumo de productos dañinos.
Creemos que una advertencia similar en productos de cuidado personal, podrían reducir el uso de cosméticos que contienen ingredientes de riesgo. En todos los casos, la prevención no solo evita enfermedades en la población, sino también ahorra recursos al Estado toda vez que las erogaciones son menores en la prevención y/o el nivel primario.
Esta iniciativa plantea que el gasto en el etiquetado de productos cosméticos sería mejor al gasto que pudiera generar al atender múltiples casos por cáncer de mama, lo cual establece la imperativa necesidad de disminuir los casos por cáncer de mama disminuyendo el uso de cosméticos con aluminio y parabenos, obligando incluso a la industria de cosméticos a evitar el uso de dichas sustancias.
En concreto, propongo reformar el artículo 272 de la Ley General de Salud, para que los productos cosméticos que contengan sustancias con potencial riesgo cancerígeno como el aluminio y los parabenos, están obligados a incluir advertencias sobre riesgos en su etiquetado, a los empresarios y fabricantes también les hacemos una invitación para innovar y considerar fórmulas libres de estas sustancias potencialmente peligrosas, sumándose a una visión de salud y responsabilidad social.
La evidencia de los riesgos asociados al aluminio, los parabenos, es clara y es tiempo de actuar en pro de un mercado cosmético más seguro y saludable. Cabe señalar, compañeros y compañeras, que esa iniciativa tuve a bien presentarla en la LXIII Legislatura, sin embargo, sabemos que la industria cosmética y la industria farmacéutica, pues son industrias muy poderosas, pero en nada puede afectar el consumo informado de quienes compran productos de belleza o productos de cuidado personal, siempre es necesario que el Estado vele por la integridad de la salud y la vida de las y los mexicanos.
Muchísimas gracias, gracias.