Con su venia presidenta;

México es una nación fundada en el campo, que reconoce a las más de seis millones de mujeres y hombres que trabajan en el sector agrícola y que día a día producen bienes agropecuarios y pesqueros para que todas las familias del país cuenten con alimentos saludables y de calidad. Sin embargo, durante décadas nuestros campesinos han padecido pobreza, discriminación y abandono, un problema que durante tantos años ha padecido el sector agropecuario y que hoy es uno de los retos más sensibles y sentidos en los cuales está avanzando el proyecto de la Cuarta Transformación en el país.

De norte a sur existen comunidades que han enfrentado históricamente condiciones de pobreza y que han sido marginadas del desarrollo no solo por la falta de atención, sino por la implementación de políticas inadecuadas que los han condenado al rezago y, en muchas ocasiones, orillado a abandonar sus tierras y su trabajo en la tierra por falta de apoyo.

La preferencia que durante mucho tiempo se dio a la agroindustria por encima de campesinos y productores a pequeña escala, puso a éstos en una situación muy vulnerable, ya que, si pretendían vivir del fruto de su trabajo en el campo, eran condenados a un círculo de pobreza, marginación y competencia desleal, que los relegó del desarrollo colocándolos como uno de los grupos más vulnerables en nuestro país.

El INEGI ha señalado que existe un abandono de la tierra desde 1950. En las últimas décadas la ocupación del campo pasó de un 57% a un 21 por ciento, lo que muestra un abandono progresivo del sector rural y de las actividades asociadas a este en nuestro país.

Es por eso que debemos seguir trabajando para impulsar el desarrollo y bienestar de campesinos y pescadores, pues son ellos quienes, con su esfuerzo, contribuyen a hacer llegar a nuestras mesas los alimentos que consumimos, día a día.

En el presente dictamen se hace referencia a que desde la implementación del Programa Sembrando Vida han sido beneficiados más de 400 mil sujetos de derechos activos que reciben seis mil 250 pesos mensuales por trabajar en sus unidades de producción.

Es de destacar el enfoque de derechos que se le da a Sembrando Vida, porque no se trata de un apoyo asistencialista solamente, sino de un programa que será convertido en un derecho social, que impulsa el acceso de las y los campesinos al trabajo y a un ingreso digno que rescata sus saberes, que evita la explotación irracional del suelo y que promueve la recuperación y fortalecimiento de los ecosistemas.

En ello, es importante señalar que el 30 por ciento de los beneficiarios de Sembrando Vida son mujeres, lo que implica no solo el reconocimiento de su participación en el desarrollo y sostenimiento de nuestro campo, sino también el fortalecimiento de su liderazgo histórico.

Es igualmente relevante reconocer que, de acuerdo a datos del CONEVAL, en México se observó una importante disminución en el porcentaje de la población en situación de pobreza, más de ocho millones de personas salieron de esa condición y, en buena medida, se debió a los programas sociales promovidos por el gobierno del ex Presidente Andrés Manuel  López Obrador y que ahora quedarán consagrados en nuestra Carta Magna como derechos sociales, garantizando con ello su continuidad sin importar el signo político del gobierno en turno, un legado presente para nuestras futuras generaciones.

Con la implementación de los Programas del Bienestar se ha cumplido con una de las principales prioridades de la Cuarta Transformación, brindar atención y solidaridad a quienes más lo necesitan con el fin de lograr el desarrollo compartido y que nadie se quede atrás.

La aprobación del presente dictamen refleja nuestra convicción de atender la desigualdad y la pobreza a la que muchos sectores sociales fueron injustamente condenados.

Uno de los elementos más significativos de este dictamen es garantizar, en los términos que fije la ley, la entrega de un jornal seguro, justo y permanente para que campesinos cultiven sus tierras sembrando árboles frutales, maderables y especies que requieren ser procesadas.

Por todo ello, como lo señaló el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, es de elemental justicia que coman los que nos dan de comer.

Es cuanto, muchas gracias.