Con el permiso de la presidencia;

Buenas tardes, compañeras y compañeros diputados;

A lo largo del tiempo se han observado avances significativos respecto a la inclusión laboral de las personas con discapacidad, sin embargo, aún enfrentamos importantes desafíos que debemos atender para asegurar que podamos disfrutar plenamente de todos nuestros derechos. Estas dificultades se ven reflejadas principalmente en las marcadas brechas que aún existen entre las personas con y sin discapacidad, especialmente en áreas cruciales para nuestro desarrollo como la participación en la comunidad o el acceso a oportunidades de empleo.

En este orden de ideas, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad garantiza el derecho fundamental de las personas con capacidades diferentes de acceder a oportunidades laborales en igualdad de condiciones, ello implica garantizarnos la posibilidad de generar ingresos a cambio de prestar nuestros servicios en un entorno laboral abierto, inclusivo y accesible para todos.

Lo anterior, resulta relevante ya que al menos en América Latina, existen 85 millones de personas que viven con algún tipo de discapacidad, de este grupo aproximadamente el 80 por ciento no nació con esta condición, sino que lamentablemente la adquirió entre los 18 y los 64 años de vida, ello da cuenta que todos estamos expuestos de sufrir alguna discapacidad, ya sea de forma temporal o permanente.

Lamentablemente, es una realidad que las personas con discapacidad constituimos uno de los grupos más segregados y con mayor marginación respecto a la inclusión en el ámbito laboral.

Es necesario entender que la diversidad es un valor y que la discapacidad es una forma más de la diversidad humana, por ello, resulta esencial promover la construcción de sociedades con entornos que tomen en cuenta nuestras necesidades con el propósito de garantizar que podamos vivir una vida plena y enfrentemos menos dificultades para acceder a la salud, a la educación, al empleo y a la protección social, rompiendo así con la estrecha correlación que hoy, lamentablemente, existe entre discapacidad, exclusión y pobreza.

Además, un punto a resaltar es que la inclusión laboral nos beneficia a todos, por un lado, las personas con discapacidad que son empleadas encuentran alta satisfacción en su entorno laboral gracias a que se sienten útiles y productivas, asimismo, se convierten en una parte importante para la economía familiar al aportar ingresos a sus hogares, gozan de mayor autonomía e independencia, pero sobre todo mejoran significativamente su calidad de vida.

Por su parte, las empresas que han contratado a personas con discapacidad las han catalogado como trabajadores leales y estables, con baja tasa de rotación y ausentismo.

En este orden de ideas, al entender que los estereotipos son en realidad barreras estructurales que impiden o limitan a las personas con discapacidad el ejercicio pleno de sus derechos, es nuestra labor como legisladores eliminar todos aquellos obstáculos que afecten y limiten el pleno desarrollo de las personas con discapacidad.

En virtud de lo anterior, el trabajo no puede ser visto como un favor o un acto de caridad que pueda otorgarse de manera arbitraria, pues se trata de un derecho humano inherente a todas las personas el cual permite a quienes lo ejercen vivir de manera plena e independiente, por ello, las y los legisladores del Partido Verde proponemos una reforma a la Ley del Impuesto Sobre la Renta a fin de establecer que los patrones que empleen personas con discapacidad pueden obtener un estímulo fiscal consistente en el equivalente al doble del salario efectivamente pagado a las personas contratadas, asimismo, proponemos que los empleadores estén exentos de pagar las cuotas de seguridad social correspondientes a las personas con discapacidad que empleen.

Con esta reforma no solo aspiramos a construir una sociedad más justa e incluyente, donde las personas con discapacidad podamos ejercer plenamente nuestros derechos, sino buscamos que nuestra calidad de vida mejore significativamente, permitiéndonos sentirnos productivos y valorados en la comunidad.

Desde el Partido Verde, reafirmamos nuestro compromiso de continuar trabajando por y para los mexicanos, especialmente por aquellos que han sido históricamente vulnerados y discriminados. Estamos convencidos que un país más equitativo y justo es posible, y es nuestra responsabilidad garantizar que cada ciudadano, sin importar su origen, condición o capacidad, tenga acceso a las mismas oportunidades de desarrollo y derechos.

Juntos, podemos construir un futuro donde la diversidad sea celebrada y no motivo de división, discriminación o marginación.

Es cuanto, muchas gracias.