Buenas tardes compañeras y compañeros diputados;

Con el permiso de la presidencia;

Al hacer mención del Plan de Iguala, nos referimos a uno de los actos más trascendentales de nuestra historia, ya que estableció las bases de la Independencia de México y puso punto final a la lucha iniciada por los padres de la patria para ganar el derecho a la autodeterminación y así, empezar a forjar nuestro propio destino.

De acuerdo con el historiador Felipe Ávila, el Plan de Iguala tuvo la virtud de dar salida a las aspiraciones de los distintos sectores sociales que formaban la Nueva España y ofrecer una alternativa política, negociada, que ponía fin a la guerra y que proponía una especie de reconciliación nacional sobre la base de la Independencia.

Proclamado, el 24 de febrero de 1821, el Plan de Iguala fue ejemplo de que cuando se hacen a un lado los intereses particulares y las diferencias, buscando actuar en favor del interés supremo de una nación, es posible concretar grandes acuerdos en beneficio de ésta.

Recordemos que este documento, fue resultado de las negociaciones entre diferentes sectores de la sociedad y representa la conciliación entre realistas e insurgentes, para dar paso a algo más grande, al nacimiento del México independiente.

Este importante texto fue un acuerdo político entre rivales quienes supieron entender que la patria es primero y sellar el pacto para luchar juntos por la independencia, en un frente conformado por Vicente Guerrero, último baluarte de la insurgencia, y Agustín de Iturbide, coronel del ejército realista que combatía a los insurgentes.

Para consolidar esta alianza, Guerrero e Iturbide se dieron el célebre abrazo de Acatempan, el 15 de febrero de 1821. A partir de ahí comenzó la redacción del Plan de Iguala, del cual surgen las tres garantías, con las que fue forjado el ejército Trigarante: Religión católica, Independencia y Unión.

Lo anterior, forjó el vínculo con nuestra bandera reflejado en los colores verde, blanco y rojo, identidad que se mantiene hasta nuestros días y que hoy representa más que tres colores, pues es fuente de identidad y orgullo para todas y todos los mexicanos.

Diputadas y diputados, vivimos tiempos complicados en nuestro país. Es por eso que debemos retomar la unión representada en nuestra bandera, debemos cobijarnos con este símbolo que nos da identidad como mexicanas y mexicanos y que nos une como hermanas y hermanos ante la adversidad.

Defendamos desde nuestra trinchera, todo lo que representa nuestra bandera con la misma pasión y la misma intensidad con que lo hicieron los Niños Héroes en Chapultepec, en 1847, y los defensores del puerto de Veracruz, en 1914, quienes prefirieron morir antes que ver mancillada nuestra enseña nacional.

Muchas gracias por su atención. Es cuanto.