Al maestro David Peña.
Los opositores a la reforma han insistido, con poca certeza, sobre el retroceso legal y el incumplimiento de compromisos internacionales que implicaría la aprobación de la Reforma Eléctrica, pero poco se dice sobre el enorme avance que representaría, respecto al cumplimiento de los tratados internacionales en materia de derechos humanos en general, los cuales presuponen a la electricidad como elemento sustantivo para una vida digna y como condición básica para el ejercicio de otros derechos fundamentales.
En este sentido, quisiéramos saber lo siguiente, ¿cómo ayudará la reforma a que las y los mexicanos que hoy no tienen electricidad, por vivir en comunidades aisladas, puedan acceder a ella?
El impulso a las tecnologías que utilizan energías renovables, a cargo del Estado, como propone la reforma, ¿permitirá sacar de la pobreza energética a quienes hoy se encuentran en esa condición? y, ¿cómo contribuirá la reforma para que los mexicanos que, en virtud de la precariedad de sus condiciones socio económicas, no puedan pagar la electricidad, sigan contando con ella, por lo menos para la satisfacción de sus necesidades básicas?