“Que la esclavitud se proscriba para siempre y lo mismo la distinción de castas. Quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud.”

 José María Morelos y Pavón

Valor e inteligencia son sólo dos adjetivos de los muchos que caracterizaron a José María Morelos y Pavón, quien fue llamado por Miguel Hidalgo para cumplir con la encomienda de insurreccionar el sur de lo que era la Nueva España.

Retratado con su eterno paliacate, el cual usaba como remedio contra las fuertes neuralgias que padecía, Morelos imaginó una nación independiente de cualquier monarquía o gobierno externo, ya fuera español o de cualquier otro país que deseara subyugar el deseo anhelado de libertad.

Hábil para organizar tropas, su don de mando, la gran visión para sacar el máximo provecho a las baterías de artillería y las cargas de la caballería, todo en su conjunto lo convirtieron en un militar excepcional que sabía interpretar las campañas bélicas y resolver las situaciones complicadas de la mejor manera posible, llegando incluso a surgir la leyenda acerca de una expresión dicha por Napoleón, se dice, que exclamó denme cinco hombres como Morelos y conquistaría el mundo.

Este brillante personaje de nuestra historia, cuya actividad previa antes de tomar las armas estaba dedicada a atender su parroquia en el pueblo de San Agustín Carácuaro, fue creciendo en reconocimiento y responsabilidad al interior de la Suprema Junta Nacional Americana, conocida también como Junta de Zitácuaro, debido a las exitosas campañas militares que terminaron con la conquista de Chilapa, Tlapa, La Montaña, Izúcar, Cuautla y Chiautla, por mencionar algunos hechos que lo llevaron a dominar la zona, ganándose el mote del Rayo del Sur, siempre acompañado de otros valientes como Mariano Matamoros, Hermenegildo Galeana, Leonardo Bravo y José Manuel Herrera.

Pero Morelos no sólo es recordado por sus hazañas militares, sino que también dejó un legado ideológico que por su importancia, es considerado como uno de los textos políticos mexicanos más importantes, me refiero a Los sentimientos de la Nación. En el cual expresó conceptos de humanismo igualitario sin dejar de lado su formación sacerdotal.

La actividad política del caudillo no terminó ahí, el 15 de septiembre de 1813, a iniciativa de Morelos, se reunió en la ciudad de Chilpancingo el congreso de representantes de las regiones liberadas, resultando la declaración formal de la independencia de México, rechazando la monarquía y estableciendo la república, lo que dio pie a que se proclamara la primera constitución de la nación mexicana.

La Constitución de Apatzingán retomó los postulados más benéficos para la sociedad mexicana expresados en Los sentimientos de la Nación,

Hoy, al cumplirse doscientos años de la muerte de Morelos, los integrantes del grupo parlamentario del Partido Verde recordamos al sacerdote, al militar, al político, insurgente y patriota, que en un acto de humildad y congruencia, tanto en pensamiento como en actos, rechazó el título de Alteza Serenísima que le otorgó Congreso de Chilpancingo al designarlo como titular del Poder Ejecutivo; pero que para no faltar a su deber con la patria, aceptó el encargo, siempre que se le considerara como Siervo de la Nación, demostrando con ello el gran compromiso que sentía con la causa insurgente, así como su voluntad inquebrantable que no se dejó vencer por el resplandor del poder.

En el Bicentenario que conmemora su fallecimiento, debemos incentivar la cultura cívica y los valores que, en su momento, nos permitieron crecer como país y que, tanto para generaciones presentes como futuras, representan el legado histórico que nos hacen fuertes como nación.

Es cuanto.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO