Con su venia señor Presidente,

Compañeros diputados,

El tema que hoy nos trae a esta Tribuna, es sin duda fundamental en el impulso de las políticas y principios de protección y bienestar animal a nivel nacional. La discusión sobre la concepción de circos sin animales, no se podía seguir postergando.

Durante años, los espectáculos circenses con el uso de animales silvestres proliferaron e incluso fueron alentados; sin embargo, en pocas ocasiones nos hemos preguntado, qué hay detrás de los trucos que nos son presentados.

Evidentemente, resulta antinatural ver a un león o tigre saltar a través de un aro de fuego, monos haciendo malabarismo o elefantes jugando futbol debido a que esas prácticas no muestran su majestuosidad, ni características naturales y, mucho menos, fomentan su cuidado y valía. Por el contrario manifiestan actos que atentan por completo contra su naturaleza y su preservación.

Desde esta Tribuna me permito externar una felicitación a la Comisión de Medio Ambiente de esta Cámara, a su presidenta y su homóloga del Senado de la República, pues el dictamen que hoy es puesto a nuestra consideración implica un gran paso en pro de la conservación y defensa animal; materializando como logro, la lucha que por años organizaciones de la sociedad civil han venido dando.

El dictamen que hoy nos presentan deja de manifiesto que en los circos los animales son forzados a realizar acciones contrarias a su especie e incluso dolorosas para su fisiología. Hoy en el circo no puede decirse que las prácticas de adiestramiento animal, cuyo objetivo es la transmisión de miedo a base de golpes o amedrentamiento, pueden ser conceptualizadas como un impulso a la conservación o la educación ambiental.

Por el contrario, estos actos atentan contra los principios básicos de bienestar y protección animal, y por ningún motivo deben ser permisibles; ya que el respeto a cualquier forma de vida constituye uno de los valores fundamentales de todo ser humano.

Compañeros diputados, estemos ciertos que el dictamen evidencia que los circos por sus propias características, no pueden atender las necesidades naturales de los animales que albergan, ya que en la mayoría de los casos sus instalaciones resultan precarias e insuficientes a los requerimientos naturales de las especies,  sin acercarse en lo más mínimo a las condiciones de bienestar propias de estos animales en su medio natural.

Es común ver que en los circos, leones, cebras, jirafas, elefantes monos sean encadenados y condenados al aislamiento para no escapar, explotados y maltratados, con el único objetivo de obtener un beneficio económico a su costa.

No podemos ser ajenos a que estudios de estos animales en cautiverio han demostrado que su esperanza de vida es mucho menor a la de ejemplares de su misma especie en el hábitat natural, por ejemplo, un elefante en su hábitat vive más de 70 años, pero en cautiverio, dentro de un circo, sólo alcanza los 14 o 15 años.

Como legisladora del Grupo Parlamentario del Partido Verde, los exhorto a manifestar su voto a favor de estas reformas, los invito a sumarse a la conservación y contribuir al bienestar de miles de ejemplares silvestres hasta hoy explotados y maltratados en los circos del país.

Con esta reforma lograremos dar un gran paso para la conservación, sentando las bases que nos permitirán una nueva concepción de los espectáculos circenses, incorporando a ellos conceptos y prácticas artísticas que destaquen habilidades humanas e impulsen la cultura, sin atentar contra el bienestar animal.

Ojo, sabemos que estas reformas tratarán de ser controvertidas en algunos puntos como la educación ambiental, pero compañeros no se puede venir a esta Tribuna y decir que el uso de animales silvestres tiene un valor didáctico para niños y público en general, cuando ver a una animal fuera de su hábitat natural  y realizando actos contrarios a su fisiología, por ningún motivo puede resultar educativo. Nuestros niños merecen ser educados en el respeto hacia todos los seres vivos, valores que estos espectáculos no transmiten en absoluto.

Bajo esta reforma no seríamos el único país en materializar los circos sin animales debido a que ésta es una tendencia mundial; muchos países lo han hecho como Canadá, Suecia, Costa Rica, India o Singapur.

En México esta regulación también ha sido una tendencia con ejemplos como la Ciudad de México, Aguascalientes; Zapopan, Jalisco; Querétaro o Quintana Roo, por sólo mencionar algunos.

Amigos diputados, demos un voto a la conservación, a la protección y el bienestar animal. Los exhorto a sumarse de manera positiva a este dictamen. Un circo sin animales será un paso importante que permitirá a la industria circense revitalizarse, generar un mayor número de empleos y brindar al espectador una oferta diferente, la cual sin duda será de excelente calidad.

En el grupo parlamentario del Partido Verde los invitamos a impulsar el respeto a estas formas de vida y apreciarlos en su mejor estado: el natural.

Muchas gracias

 

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO