Derivado de la preocupación imperante por el problema de abasto del agua, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró en la resolución 47/193 del 22 de diciembre de 1992, que el día mundial del agua se celebraría el 22 de marzo de cada año a partir de 1993.

Los eventos que se han realizado a partir de entonces, están enfocados a la concientización del mundo sobre los problemas y alternativas de solución. Este año, el Día Mundial del Agua se llevará a cabo bajo el tema "Agua y cultura".

Catorce años han paso y las cifras y perspectivas son alarmantes. Actualmente hay más de 12 millones de mexicanos sin acceso al agua potable, más de 70% de los mexicanos vive en zonas de escasez. A nivel mundial, son más de 1,200 millones de personas las que no tienen acceso al agua potable.

En México el 90 por ciento de los cuerpos de agua superficiales están contaminados; cada año se pierden mil hectáreas de árboles y vegetación.

En el mundo, menos del 1 por ciento de los recursos de agua dulce están disponibles para el consumo, el 17 por ciento del agua se utiliza en el cultivo de alimentos para las crecientes poblaciones de los países en desarrollo, y el consumo total del agua aumentará en un 40 por ciento. La tercera parte de los países en regiones con gran demanda de agua podrían enfrentar escasez severa de este liquido en éste siglo, y para el 2025, dos tercios de la población mundial probablemente vivan en países con escasez moderada o severa.

De acuerdo a la dinámica de población de nuestro Estado, se prevé que para el 2010 seremos 1,153,609 habitantes, en el 2020 1,305,709 y para el 2030 1,431,234. Estas cifras ponen en claro el reto que se tiene para cubrir las necesidades y el acceso del agua a las generaciones venideras.

Actualmente la distribución de los recursos de agua dulce es muy desigual. Las zonas áridas y semiáridas del mundo constituyen el 40 por ciento de la masa terrestre, y estas disponen solamente del 2 por ciento de la precipitación mundial.

A nivel mundial las aguas subterráneas constituyen el 97% del agua dulce terrestre frente al 0.015 % del agua superficial. El 33% de la población mundial, sobretodo la rural, depende de ella, pero está amenazada tanto por la contaminación de los acuíferos como por la mala utilización de los pozos existentes. La sobre-explotación de éstos provoca el descenso de la capa freática y hace necesario excavar más hondo; el aumento de costes que esto supone perjudica primero a los más pobres. Cuando esto sucede en zonas costeras el agua del mar penetra y saliniza los acuíferos subterráneos (como ocurre en el litoral mediterráneo).

La agricultura por irrigación es responsable del consumo de aproximadamente el 70 por ciento del agua, y hasta del 90 por ciento en las regiones tropicales áridas. Los consumos de agua para la irrigación han aumentado más de un 60 por ciento desde 1960.

Nuestro país enfrenta un desigual desarrollo sustentable entre las comunidades, y uno de los factores que contribuyen es el acceso al agua y esto a futuro puede representar conflictos y disputas por el vital liquido.

De lo anterior, podemos deducir que el reto podría ser mayor debido a la necesidad de desarrollar una cultura sustentable; hay suficientes elementos que indican que se avecina una crisis de seguridad nacional por la falta de agua, las ciudades entrarán en cuestionamientos sobre la viabilidad por espacios para vivir, inestabilidad política sobre razones y causas materiales entendibles; por lo que es urgente que todos pongamos en práctica, por lo menos una de las tantas recomendaciones que nos hacen para el cuidado del agua, como: arreglar las fugas, reutilizar el agua, barrer las calles con la escoba y no con agua, regar los jardines por la noche y no a medio día, en fin…

Si no queremos pasar por conflictos armados por la lucha del agua, cuidémosla, el futuro es ahora, no desperdiciemos el agua, hagamos conciencia de la utilidad de este liquido, sin el la vida no existe.