El líder ecologista agregó que la creatividad de los publicistas ha superado por mucho la de las autoridades que en materia de regulación, lejos de prevenir, controlar, y sancionar este problema se han mantenido en continuos desacuerdos e inconsistencias en la materia.

Al respecto el pevemista detalló que en 2001 el Gobierno de la Ciudad de México publicó el Bando número 19, en donde se establece que “no se permitirá la instalación de anuncios espectaculares en la vialidad primaria de la ciudad”, pero es evidente que esta mención no se respeta; además está prohibido colocar vallas con propaganda electoral y sin embargo, abundaron en la campaña del PRD por el gobierno capitalino; asimismo, cerca de cinco mil 500 “vallas publicitarias” se encuentran colocadas de manera ilegal ya que el Reglamento de Anuncios en su artículo 29 estipula que sólo se permitirá su instalación en el perímetro de obras en construcción, pero el 40% de esa variante de publicidad esta colocada en el exterior de casas habitación.

Por esta razón, el también senador Arturo Escobar y Vega reprochó que hasta ahora la regulación de publicidad exterior competa a las Secretarías de Gobierno, Desarrollo Urbano y Vivienda, Obras y Servicios, Transportes y Vialidad, Finanzas, Consejería Jurídica y de Servicios Legales, pero no a la de Medio Ambiente, lo que denota que este problema no ha sido tomado como de carácter ambiental con la seriedad que esto representa.

Por otra parte el Reglamento para el Reordenamiento del Paisaje Urbano, publicado en 2005 y la Ley de Desarrollo Urbano se centran sólo en la legislación de las dimensiones de los anuncios y los lugares donde se pueden colocar, pero no en la cantidad y la calidad de los mismos, por lo que va en aumento la complejidad visual urbana y la sobredosis de información que sabotea a los capitalinos.

El ecologista también criticó que los reglamentos que mencionan la contaminación visual, la definen únicamente como “una alteración de la armonía del paisaje que causa un impacto negativo en la percepción visual” dejando de lado que no se trata de un problema estético sino de uno ambiental, social, económico, político e incluso psicológico ya que además de afectar el paisaje urbano, provoca fatiga, deficiencia laboral, frustración, tensión, mal humor, agresividad vial y distracciones peligrosas para los conductores.

Escobar y Vega señaló que la contaminación visual en el Distrito Federal denota la falta de políticas correctas y de respeto a los espacios públicos así como el privilegio a las decisiones individuales y despreocupadas por su entorno de las empresas publicitarias y en ocasiones del Gobierno del Distrito Federal.

El líder ecologista añadió que los artículos 120 al 123 del Reglamento de Anuncios contemplan las sanciones correspondientes a la colocación irregular de publicidad exterior y van de 50 a 2000 días de salario mínimo; pero tal parece que las autoridades competentes han evadido su efectiva aplicación puesto que siguen instalándose vallas y espectaculares excesivamente con o sin permisos, y muchos de los casos ellos mismos los violan ya que son juez y parte, por lo que el senador Arturo Escobar hace un llamado a las autoridades capitalinas para que se apliquen las sanciones a quienes infrinjan la ley sin excepción alguna finalizó.