Jueves, 31 Octubre 2013 12:04

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DEL SENADOR LUIS ARMANDO MELGAR SOBRE LA LEY DE INGRESOS 2014 (CMigrator copy 1) Featured

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México, D. F., a  31  de octubre de 2013

 

Con su venia señor presidente

 

Los avances innegables que México ha construido en las últimas décadas para edificar un sistema político más libre y que refleje el pluralismo de su sociedad que contrasta con la incapacidad para resolver los problemas de la pobreza masiva y la extrema desigualdad, de hecho las precarias condiciones de vida de decenas de millones de mexicanos y la persistencia de la injusticia distributiva, ponen en riesgo no sólo el avance y la consolidación democrática sino la cohesión misma y la convivencia social de la nación.  No es casual que la desigualdad social se haya mantenido inalterada a lo largo de nuestra historia y que al mismo tiempo el Estado mexicano siga exhibiendo su añeja debilidad fiscal y su pobre capacidad para incidir en la distribución del ingreso entre la población.

En los últimos 30 años México ha instrumentado decenas de reformas estructurales pero ninguna de ellas ha sido pensada ni ejecutada para corregir la desigualdad. Nosotros pensamos que es hora de intentar esa reforma, es hora de edificar un genuino estado de social democrático de derecho cuya misión principal sea la de una estructura para la equidad social, pero la pieza indispensable para alcanzar este objetivo histórico es el fortalecimiento fiscal del estado mexicano.

México ha mantenido una recaudación fiscal desde 1943 que ronda apenas en el 9.3 por ciento del PIB, 60 años en el mismo nivel de recaudación se ha documentado también que esto representa un promedio de tres veces inferior al de los países miembros de la OCDE.

No hay posibilidad alguna de ampliar las libertades, la seguridad, los derechos, no hay forma de construir un proyecto común e incluyente si no se resuelve la trampa de la fragilidad fiscal del Estado mexicano.

A la fecha esa debilidad ha querido subsanarse con los recursos que aporta el petróleo a las finanzas públicas monto que significa una tercera parte del gasto gubernamental, pero además de insuficiente esta salida es pasajera y depredadora, los recursos de subsuelo son finitos y usamos ese activo no renovable para financiar el gasto corriente de la administración pública en curso, en vez de destinarlo a la inversión que pueda generar riqueza e ingresos sostenibles en el futuro.

Por eso afirmamos la edificación del Estado mexicano requiere inevitablemente de una sólida hacienda pública, la debilidad hacendaría de Estado mexicano  no es una fatalidad, es fruto de decisiones políticas, o de falta de ellas, sujetas una y otra vez a intereses económicos de grupos particulares, es producto de la pervivencia y la expansión de nociones estrechamente individualistas, incapaces de laborar una visión del interés general, así como de actores que creen que sus decisiones están sujetas ante todo al aplauso fácil y relegan el componente de responsabilidad que debería de ser intrínseco a la función de representación  y a la actividad política.

Sostenemos que con esta reforma fiscal hay avances importantes que existen elementos de una Reforma Hacendaria defendible porque cambian las coordenadas de la discusión fiscal que había sido hegemónica en los últimos lustros y porque implica un giro al timón en las decisiones económicas , aquí tan sólo les menciono tan sólo algunos ejemplos:  Se retoma la idea de que la política fiscal debe ser progresiva, comienza a cancelarse privilegios y afectar intereses; se crean nuevos impuestos directos a actividades no productivas o sectores que afectan a la salud; se rompe con la idea de una política económica  ajena al ciclo, indiferente al  crecimiento mediocre o al estancamiento, así tímidamente México empieza a dejar atrás por fin algunos de los fundamentos del consenso de Washington.

La propuesta hacendaria no es la que nosotros hubiéramos formulado, es una propuesta de enorme progresividad, es una propuesta valiente, que bajo la visión del Presidente Enrique Peña Nieto no tiene otra intensión que la de edificar, la de cimentar, aunque hoy represente costos pero sabiendo que esto va a tener réditos en el futuro.

México no puede tener mayor prioridad que  la de su crecimiento económico y la de generar empleo. Sólo así se abate la pobreza, sólo así es posible la incorporación de individuos y familias a los bienes, a la producción, al mercado y sólo así podremos evitar que el bono demográfico se siga dilapidando de modo históricamente irreparable.

Es un acierto que el Ejecutivo renunciará a la receta pretendidamente única de subir la recaudación sólo a través de los impuestos al consumo. Así es, se evitó gravar con el IVA a los alimentos y a las medicinas.

Hay que diferenciar, hay que entender que es lo que  con esta reforma y con esta propuesta  de Ley de Ingresos se  pretende hacer. Ahora bien, como muy pocas veces se ha desplegado un desfile descarnado de intereses particulares,  una masiva y virulenta campaña contra la reforma fiscal, toda,  especialmente contra el incremento al IVA en algunos productos y servicios,  contra su generalización de su territorio mexicano, siendo que sabemos que estas son medidas  que le van a dar a nuestro país una mayor capacidad de recaudar para una mayor y para una cancha más pareja.

Pero como sabemos no es el primer paso, esto es parte de una idea que va junto con una serie de reformas, una serie de reformas que el Presidente Peña ha venido impulsando en el país que no se puede seguir expandiendo como un islote de archipiélagos separados, divididos por clases, por ingresos, por etnias, por género o regiones,  profundizando su brecha social, su injusticia y su desigualdad.

Señor Presidente, esto que les acabo de leer son ideas de un grupo de intelectuales mexicanos que a diferencia de muchos de los que aquí nos acompañan, las publicaron y las hicieron públicas, a través del instituto de Estudios para la Transición Democrática, así como ha habido gente que se ha dedicado descarnadamente a satanizar lo que hoy se pretende hacer con una construcción, también hay gente pensante que sabe que con eso se está construyendo un gran futuro.

Nosotros en el Partido Verde coincidimos con esa visión, con esa visión del Presidente Enrique Peña Nieto, que tiene que ver con la de asumir costos para lograr un México con una cancha más pareja, un México que sí va a crecer y en donde como decía ahorita el senador Cordero, con todo respeto, a las consecuencias y a los costos nos atenemos, asumimos nuestro  reto y estamos convencidos que vamos en la ruta correcta.

Muchas gracias por su tiempo, muchas gracias a todos

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PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO

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