Martes, 20 Noviembre 2012 07:23

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL SENADOR GERARDO FLORES DEL PARTIDO VERDE, CONMEMORANDO EL 102 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA Featured

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México, D. F., a  20  de Noviembre de 2012

 

 

Con su venia, Senador presidente.

Compañeras y compañeros Senadores:

“Estalló la revolución de 1910, como un clamor inmenso de justicia que vivirá siempre en el alma de las naciones como vive la libertad en el corazón de los pueblos para vivificarlos, para redimirlos, para levantarlos de la abyección a la que no puede estar condenada la especie humana”.

Esta frase de Emiliano Zapata nos recuerda que se requiere un trabajo constante a fin de dar impulso a la lucha permanente contra toda forma de dominación, contra todo mal gobierno, y así propagar la esperanza de un país mejor.

En 1910, el aparato político que construyó la dictadura porfiriana lo llevó finalmente a su propio desastre. Muchos eran los inconformes y en este campo se fue cultivando poco a poco la Revolución Mexicana.

A pesar de que la política económica implementada por Porfirio Díaz catapultó la producción nacional, los beneficios no fueron repartidos igualitariamente en el país, sino solamente en la oligarquía excluyente.

Mientras tanto, los campesinos trabajaban en jornadas infrahumanas, tierras que no eran de ellos y sufrían vejaciones en sus personas y en sus familias.

En ese contexto, la lucha revolucionaria dio el paso trascendental para el fortalecimiento de México como nación y como pueblo, dando como fruto la Constitución Política de 1917, que plasma por completo la esencia de los hombres, contemplado en sus dos raíces: la individual y la social.

Sin embargo hasta 1929, todavía México se perdía en senderos de conflictos permanentes; los residuos de la violencia revolucionaria y la permanencia de poder eran barreras infranqueables para realizar los principios de justicia, libertad y desarrollo social que tanto se anhelaban. Fue entonces cuando la entrega de tierras a los campesinos, el respaldo a los derechos de los trabajadores, las nacionalizaciones, la defensa de la soberanía y de los recursos estratégicos, fueron los resultados del nuevo pacto social que trajo consigo la tranquilidad y la paz social de nuestro país.

Recordemos, la Revolución de 1910 como un movimiento netamente agrario, al ser la cuestión de las tierras el principal motor del movimiento. Ahora, en el 2012 existe un México mucho más complejo, multicultural, con diversas áreas productivas y numerosos motores de crecimiento que es necesario atender y seguir fomentando.

Desafortunadamente, muchos de los ideales Revolucionarios, han quedado olvidados, enterrados y sepultados, por la fuerza de intereses particulares, casi siempre intereses mezquinos, alejando al México moderno de la paz conseguida en el primer tercio del siglo XX.

Actualmente, persiste una gran parte de la población en desventaja económica, sin acceso a los beneficios del progreso ni a las garantías constitucionales logradas a raíz de la Revolución Mexicana.

Asimismo, entre los grupos en desventaja social y económica se encuentran comunidades indígenas, los habitantes de zonas rurales, las personas con discapacidad, los farmacodependientes, las víctimas del narcotráfico y de la trata de personas, entre otros grupos vulnerables de la sociedad.

Hacia ellos debemos enfocar los esfuerzos revolucionarios de la actualidad. No se necesita un movimiento violento para ello, sino avanzar de manera decidida hacia un entorno de políticas incluyentes que entre otras cosas contribuya a un desarrollo regional más armónico.

En los inicios del siglo XXI es  inaceptable que exista un México del norte y un México del sur;  ahora como en 1910, tenemos el choque de dos ideologías: izquierda y derecha, liberalismo económico y democracia social. A pesar de que éstas podrían ser complementarias, la existencia de posturas radicales en ambas ideologías ha desdeñado el motivo por el que luchamos todos, es decir, el interés común y la búsqueda de soluciones para beneficio del pueblo.

No debemos permitir que la historia se repita. Por ello, actualmente es necesario cuestionarnos sobre el verdadero significado de la Revolución, a fin de tomar consciencia sobre el valor de las luchas sociales de nuestros días, contra la explotación de las personas y de los recursos naturales.

Igualmente es una oportunidad para valorar y defender las instituciones que nos han dado rostro, que nos han dado identidad y que nos permiten pensar en un futuro mejor, y también para sentirnos orgullosos de nuestro país y para enfrentar juntos los momentos más difíciles.

Actualmente los mexicanos estamos conscientes de que la revolución empieza en casa y en nuestras mentes. Por ello en 2012, el pueblo mexicano votó por el cambio, por un cambio de gobierno que le permita superar la actual inestabilidad y desigualdad social, para conducirlo hacia el progreso, la equidad, la justicia social y el desarrollo sustentable, necesaria en este mundo globalizado.

En la administración que iniciará el primero de diciembre, el Partido Verde retomará los ideales que enarboló la revolución y que actualmente se han perdido o no han sido alcanzados.

Nuestro reto actual consiste en buscar el consenso entre todas las políticas a fin de replantear las estrategias para hacer realidad los ideales de la Revolución Mexicana, ya no por los medios violentos sino por los medios que nos ofrece la democracia, como dije hace un momento.

Esa es una revolución que nos corresponde efectuar. No hacerlo sería una gran irresponsabilidad y el pueblo mexicano sufriría las consecuencias, agravando su descontento.

Por todo ello, la Revolución Mexicana sigue presente en nuestros días. Retomemos y rescatemos sus principales demandas como el respeto al sufragio y la distribución equitativa de la riqueza, mismas que se erigen como premisas de primer nivel dentro de cualquier estado que se precie de ser democrático.

La motivación hoy debe ser, la fidelidad al significado político, social y moral de la Revolución Mexicana y la reivindicación permanente de los valores populares y nacionales de la revolución.

Aquellas generaciones de los años de la revolución cumplieron con su destino y su responsabilidad histórica. Ahora nos toca a nosotros honrarlos cumpliendo con la nuestra. Es momento de pasar de las reflexiones a los hechos. Hagámoslo juntos.

Es cuanto, Senador presidente.

 

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PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO

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