Miércoles, 31 Octubre 2012 04:16

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Arturo Escobar y Vega*

El género humano, según los expertos, utiliza de manera irresponsable los recursos de nuestro planeta, limitando de este modo su capacidad de regeneración, en este sentido, si no adecuamos nuestros hábitos, para el año 2030, dos planetas no serán suficientes para satisfacer las necesidades de nuestros pueblos.

México cuenta con una de las mayores biodiversidades del mundo, por ello, el desarrollo sustentable y la variable ambiental deben incorporarse en las políticas de gobierno de manera transversal para lograr los objetivos deseados de conservación y crecimiento.

Son varios los rubros a fortalecer, por ejemplo, disminuir considerablemente el uso de los combustibles fósiles; elevar la eficiencia del consumo energético y continuar con el desarrollo de las fuentes de energía limpia. No podemos dejar de lado que contamos con una mayor abundancia de energía proveniente de fuentes limpias que aquella derivada de combustibles fósiles.

En el caso del agua, debemos diseñar apoyos para detonar el aprovechamiento de la lluvia, la reutilización y el reciclaje, además de elevar los niveles de eficiencia en el consumo y en el tratamiento de las aguas residuales. Será imposible dotar a todo el país de agua potable incrementando la oferta, deberemos hacerlo a través del ahorro y el manejo responsable. El consumo energético asociado al uso, distribución y tratamiento del agua representa una oportunidad de mejora, claro ejemplo de esto son nuestros campos agrícolas, donde podría llegar a costar más la energía para regar las parcelas que la propia cosecha.

Los residuos sólidos deberán ser atendidos mediante una política de no generación. El problema se debe atacar de raíz obligándonos a producir menores cantidades de residuos y efectivamente elevar los promedios de separación y reciclaje.

El transporte representa otra oportunidad de mejoramiento. Contar con sistemas colectivos más rápidos y menos contaminantes permitiría ahorros energéticos y una disminución del impacto ambiental.

Es preciso enfocarnos en dos frentes, por un lado, fortalecer los programas de apoyo a los individuos e instituciones cuya finalidad sea proteger el medio ambiente; y por el otro, robustecer la aplicación de las leyes en materia ambiental para evitar el deterioro de nuestros ecosistemas.

Para quienes han expresado que la política ambiental debe ser considerada de manera aislada, podríamos decirles que hoy, como en ningún otro momento de la historia, el ambiente está ligado a todas las acciones desarrolladas por el hombre, siendo indisoluble de las políticas económicas y fiscales en nuestro país. En este sentido, resulta urgente disminuir a la brevedad, los subsidios que colaboran al deterioro del medio ambiente como los asociados con los combustibles fósiles, evaluando también la posibilidad de crear un impuesto verde para gravar a todos los emisores de contaminación al ambiente.

El informe Planeta Vivo 2012 expresó que la huella ecológica de los mexicanos, entendida como el análisis de las demandas humanas sobre la biosfera, es menor a la de los ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, Suecia y Nueva Zelanda; sin embargo, eso no debe consolarnos, pues nuestro impacto es mayor al de las personas de Brasil, Argentina, Costa Rica y Ecuador. Si todos adoptáramos los hábitos de vida de un ciudadano argentino, requeriríamos medio planeta más; en cambio, si asumiéramos los de un ciudadano estadunidense requeriríamos cuatro planetas adicionales.

Siempre será mucho más económico trabajar e invertir hoy en el cuidado del medio ambiente que intentar en el futuro compensar los efectos de su deterioro.

 

*Coordinador de los diputados del Partido Verde en la Cámara de Diputados y vocero nacional del Partido Verde Ecologista de México.

 

Fuente: Excelsior

 

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