México DF, 14 de septiembre de 2012
Boletín 184/12

         En el DF cada año se arrojan millones de litros de grasa a los drenajes ante la complacencia de las autoridades. Samuel Rodríguez Torres

       La Ley de Aguas de la Ciudad de México exige a los industriales contar con procesos de tratamiento de las aguas antes de ser enviadas al drenaje.           

 Basta un litro de aceite comestible quemado para contaminar al menos 100 mil litros de agua, sin embargo eso no asombra a lo habitantes de la ciudad de México, en donde cada año se arrojan millones de litros de grasa a los drenajes ante la complacencia de las autoridades, situación que genera un impacto ambiental casi irreversible a nuestros ríos.

Recientemente el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y la Secretaría de Protección Civil, informaron sobre un operativo "anti-grasa" en el centro histórico, sancionando a cuatro establecimientos por lanzar grasa al drenaje e incumplir con la Ley de Establecimientos Mercantiles, "poniendo en riesgo inminente a los comensales", según clasificación de la multa.

Hay que resaltar que en nuestro territorio laboran a diario miles de restaurantes, pastelerías, taquerías, puestos de fritangas, etc., que no son supervisados y desechan en los drenajes millones de litros de aceite quemado con la tolerancia del GDF y de las 16 Delegaciones Políticas.
   
Samuel Rodríguez Torres, líder del Partido Verde del Distrito Federal condenó la incapacidad de las autoridades para poner orden entre todos esos comerciantes y evitar que sigan contaminando los mantos acuíferos. Es irrisorio ?dijo- que ante la existencia de miles de negocios que lanzan toneladas de grasa a los drenajes, nos pretendan asombrar con la suspensión de actividades de sólo cuatro negociaciones, por no contar con trampas para grasa en su salida de agua gris.

Para el dirigente capitalino es insultante la complicidad de las autoridades, pues además de la Ley de Establecimientos Comerciales también cuentan con la Ley de Aguas de la Ciudad de México para poder sancionar a las negociaciones que descarguen desechos de grasas y aceites en el drenaje. Ese ordenamiento exige a los industriales contar con procesos de tratamiento de las aguas antes de ser enviadas al drenaje, situación que no se cumple a cabalidad debido a la falta de supervisión oficial.

Algunos daños causados por el aceite quemado son que obstruye los desagües, alimenta ratones y facilita su reproducción, genera bacterias que inciden grave y directamente en nuestra salud, repercute negativamente en el ciclo del agua y en el desarrollo de la vida en los ríos o mares. El aceite se adhiere a las agallas de los peces, además forma una capa en la superficie del agua que impide su correcta oxigenación.