• El Partido Verde hizo un llamado a incentivar el uso de baterías recargables.


Con el propósito de disminuir el número de toneladas de residuos de manejo especial y peligroso, en que se convierten las pilas y baterías que se consumen en el país, jesús sesma Suárez, Vocero del PVEM, hizo un llamado a los consumidores a privilegiar el uso de baterías recargables.

Con esta medida dijo, se podrá reducir el consumo de materias primas y evitar las graves consecuencias de contaminación al aire, suelo y agua derivados del manejo inadecuado de los residuos que genera esta industria en el mundo.

Aseguró que al utilizar pilas recargables principalmente de níquel- Metal hidruro, una sola pila recargable, puede sustituir de 300 a 3000 mil pilas desechables o primarias.

“Existe tecnología libre de pilas, como calculadoras y relojes de mano que se recargan con luz solar y que deben ser la opción para los consumidores, en vez de utilizar pilas de botón”.

Subrayó que lo más recomendable sería la sustitución del uso de pilas y baterías, por el uso de energía solar, aparatos de cuerda u otras tecnologías limpias.

Toda vez que hoy en día, además del reto de la gestión de los residuos de las pilas legales, nos enfrentamos a la acelerada entrada ilegal de pilas extrajeras, que incrementan el problema de la gestión de estos residuos, sin considerar las importantes pérdidas para el sector formal en México.

Explicó que cuando las pilas y baterías llegan a la basura doméstica, son quemadas en los miles de tiraderos a cielo abierto que todavía operan en el país, generando compuestos muy peligrosos y dañinos como la liberación de metales pesados a la atmósfera.

Y en otros casos, son expuestas a la intemperie y sufren corrosión en sus carcazas, ocasionando que sus compuestos tóxicos se liberen al subsuelo y lleguen a los cuerpos de agua, contaminando todo a su paso.

El también diputado federal, jesús sesma, mencionó que en México entre 1960 y 2003 se liberaron al ambiente cerca de 635 mil toneladas de pilas y baterías, y apuntó que el 30 por ciento de estos residuos, cerca de 189 mil 382 toneladas, se componen de materiales potencialmente tóxicos como: dióxido de manganeso y compuestos de litio; y de otros que sí han demostrado ser tóxicos como el mercurio, el níquel y el cadmio.

Puntualizó finalmente que en caso de que los tres niveles de gobierno no actúen de manera inmediata y promuevan a su vez la participación activa de la sociedad, tendremos que afrontar los costos del deterioro y remediar el daño ambiental.