Milenio/11 de Octubre 2011
Chihuahua y Guerrero tienen cifras negativas por inseguridad
El crecimiento económico del país en los últimos años resultó insuficiente para generar los empleos formales que requiere la nación, y así reducir los niveles de desocupación e informalidad que prevalecen en la actualidad.
Durante los 57 meses que contabiliza la administración del presidente Felipe Calderón se generaron un millón 640 mil 510 empleos formales; sin embargo, los analistas laborales estiman que se necesitan entre 800 mil y un millón de puestos anuales para darle cabida a los jóvenes que se adhieren a la población económicamente activa (PEA).
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre enero de 2007 y a la fecha más de 4 millones de personas se agregaron a la PEA del país.
Aunque de las más de 280 mil personas que encontraron empleo en ese periodo, sólo 151 mil 770 lo hicieron en alguna plaza formal, mientras que el restante se ocupó en actividades de la llamada economía subterránea (informal).
A finales de 2006, las personas que se dedicaron a actividades relacionadas con la informalidad sumaban alrededor de 11.4 millones, mientras que el último reporte al segundo trimestre de 2011 la cifra ascendió a 13.4 millones.
En cuanto al desempleo, las cifras muestran que la falta de generación de plazas no disipó ese problema.
A finales de 2006, la tasa de desempleo fue de 3.47 por ciento, mientras que hasta agosto esta ascendó a 5.79 por ciento. Es decir, que en los 57 meses de la actual administración, las personas desocupadas pasaron de 1.6 a 2.8 millones.
Sectores a diferente ritmo
De los 1.6 millones de empleos formales que en la presente administración se generaron, la mayoría de ellos se concentraron en tres de los nueve sectores productivos que considera la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Tres de cada cuatro empleos formales que se abrieron en México durante el periodo en cuestión estuvieron relacionados con los servicios para empresas, personas y hogar; comercio, y los servicios sociales y comunales.
Entre esas tres grandes actividades se abrieron 1.2 millones de empleos.
Sin embargo, una situación diferente vivieron otros sectores, como el de la industria eléctrica y suministro de agua potable, que hasta la fecha reportó una pérdida de 15 mil 759 plazas.
Otras actividades con un ritmo de generación de empleos bajo fueron la agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca, las industrias extractivas, y transportes y comunicaciones que en conjunto suman 136 mil 843 empleos, es decir, apenas 8 por ciento del total nacional.
Situación por regiones
En lo que va de la presente administración dos entidades federativas tienen cifras negativas sobre generación de empleos, las cuales han estado vinculadas a hechos de violencia e inseguridad: Chihuahua y Guerrero.
Entre enero de 2007 y septiembre de 2011, Chihuahua reportó una pérdida de 16 mil 862 empleos formales, mientras que Guerrero registró el cierre de mil 141 plazas de trabajo.
A decir de la directora general de la empresa de recursos humanos Manpower, Mónica Flores no hay evidencia de que el problema de inseguridad en el país detenga las inversiones y por ende tenga consecuencia sobre la generación de empleos.
En este sentido, un estudio del Tecnológico de Monterrey revela que la creciente inseguridad pública, además de rebasar los ámbitos legales, es un elemento que nutre la desocupación del país.
Otra entidad con niveles de ocupación baja es Tamaulipas, que en el periodo de referencia suma una generación de mil 836 trabajos formales, es decir, que ese estado ha abierto 32 plazas laborales mensualmente en promedio.
“El debilitamiento del tejido social es el mayor daño, ya que trastoca la confianza de la sociedad. Ello tiene una clara interrelación con la disminución de la inversión empresarial y con la migración que algunas personas han realizado”, detalló el informe académico.
