Lunes, 11 Octubre 2010 12:13

POSICIONAMIENTO DEL DIPUTADO LIBORIO VIDAL AGUILAR DURANTE LA COMPARECENCIA DEL SECRETARIO DE DESARROLLO SOCIAL, HERIBERTO FÉLIX GUERRA CON MOTIVO DE LA GLOSA DEL CUARTO INFORME PRESIDENCIAL Featured

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Agradecemos su respuesta al llamado que, como integrantes de la Comisión de Desarrollo Social, le hemos dirigido. Esperamos que los asuntos tratados esta mañana reciban la atención que merecen por parte de la Secretaría que tiene a bien dirigir.

México, D.F., a 11 de octubre de 2010

Muy buenas tardes, compañeros diputados.

Secretario de Desarrollo Social,

Heriberto Félix Guerra:

Agradecemos su respuesta al llamado que, como integrantes de la Comisión de Desarrollo Social, le hemos dirigido. Esperamos que los asuntos tratados esta mañana reciban la atención que merecen por parte de la Secretaría que tiene a bien dirigir.

Nos convoca el día de hoy el tema del análisis de la glosa del cuarto informe de Gobierno del Presidente de la República, que en materia de desarrollo social está presentando.

Al respecto, es importante mencionar dos aspectos que considero fundamentales: el primero, se refiere a los resultados que son expresados como avances en el informe en cuestión. El segundo, gira en torno a la noción que la SEDESOL posee sobre los conceptos de inclusión y corresponsabilidad con los gobiernos locales.

Seguramente el diálogo que mantendremos en esta reunión tendrá como eje los resultados que se presentan en materia de combate a la pobreza y los indicadores que sobre el tema se tienen. No podría ser de otro modo, dado que a cuatro años de la presente administración no existen avances significativos en dicho sentido.

Para abundar en el tema, es pertinente, primero, un reconocimiento al CONEVAL por su valioso esfuerzo en términos de medición de pobreza. La Pobreza Multidimensional, metodología de vanguardia desarrollada por el CONEVAL, incorpora tres factores para evaluar las condiciones de vida de la población: el bienestar económico, los derechos sociales y el contexto territorial.

De acuerdo al CONEVAL y su reciente metodología sobre Medición Multidimensional de la Pobreza en México, el 44.2 por ciento de la población nacional vive en condiciones de pobreza, es decir, aproximadamente 47.2 millones de personas en nuestro país presentan al menos una carencia social y adolecen de un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades. Del total de la población pobre, 36 millones de personas presentan pobreza moderada y tienen, al menos, dos tipos de carencias. Por su parte, 11.2 millones de personas sufren de pobreza extrema y poseen casi 4 tipos de carencias.

En términos más puntuales la realidad nacional no deja de preocuparnos, puesto que, el 21.7 por ciento de la población en México exhibe carencia por rezago educativo que equivale a 23.16 millones de mexicanos; el 40.7 por ciento de la población, es decir 43.38 millones de mexicanos presentan carencia por acceso a servicios de salud;  por su parte 64.7 por ciento de la población, o sea 69 millones de mexicanos, poseen carencia por acceso a la seguridad social;  17.5 por ciento de la población, o sea 18.62 millones de mexicanos, tienen carencia por servicios básicos de vivienda y, finalmente, 21.6 por ciento de la población, que representa 23.6 millones de mexicanos, exhiben carencia por acceso a la alimentación.

Por poner un ejemplo, señor secretario, la situación de mi estado, de Yucatán es imperativa y urgente, puesto que el 46 por ciento de su población presenta algún grado de pobreza multidimensional. Si desglosamos dicha cifra, el 38.2 por ciento de la población en Yucatán cuenta con pobreza moderada y casi el 10 por ciento cuenta con pobreza  extrema, o sea, que viven con un alto grado de marginación.

En resumen, el 30 por ciento de la población del estado es vulnerable por alguna carencia social.

Los datos que presentamos, señor secretario,  contrastan con la constante publicidad de los logros con respecto a los programas. No quisiera pensar que se intenta ocultar la realidad latente, tan sólo  abundo en nuestra percepción de que el problema parece superar las capacidades del gobierno federal.

La gente de las comunidades y de las comisarías no conoce de números ni de estadísticas pero sí de carencias entre ellas: empleo, educación, salud, vivienda y la más lamentable, en muchas ocasiones, alimentación.  En términos generales, la gente ha manifestado, en cada momento, que su situación ha empeorado en los últimos años.

Recordemos que, para 2010, se aprobó un presupuesto de 281,073 millones de pesos a los programas y acciones destinados a superar la pobreza, cantidad 13.6 por ciento mayor al gasto realizado en 2009.

Dicho incremento se concentró en mayores recursos asignados para el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades y el Seguro Popular, concentrando ambos programas el 89.6 por ciento del aumento presupuestal en materia social durante 2010.

Entonces, a pesar de que los recursos en términos  de gasto social se han incrementado significativamente en los últimos dos lustros, no observamos cambios profundos en el bienestar de nuestros pueblos.

No percibimos una correlación directa entre el incremento del gasto en desarrollo social  y la mejora en los indicadores de bienestar.

Cuando revisamos la información presentada en términos de desarrollo social nos percatamos que se hace hincapié en números y cantidades de apoyos otorgados, sin embargo, eso no es enunciativo de un avance real.

Conocemos perfectamente los recursos presupuestales aprobados año con año y seguimos esperando que su aplicación redunde en mejores condiciones de vida para la población.

Saber de montos otorgados y de sumas de apoyos tan sólo nos permite tener claro cuál partida del presupuesto se ejerce, pero no nos indica nada en términos de su justa distribución o de su aplicación para apoyar a quienes más lo necesitan.

Lo anterior nos lleva a reflexionar sobre  lo que su secretaría considera adecuado en términos del uso y entrega de los recursos, además de la importancia que se le pudiera dar los objetivos de inclusión y corresponsabilidad.

La inclusión requiere considerar a todos los mexicanos por igual sin importar su lugar de residencia en el territorio nacional.

La corresponsabilidad implica trabajo conjunto pero también el reconocimiento de las limitaciones fiscales  que pueden existir en algunos estados del país.

En dicho sentido, hemos comentado con mucha insistencia, respecto a las dificultades que presentan algunas entidades para hacer frente a las aportaciones de recursos en los programas que requieren de un coejercicio.

Por lo anterior, me parece que debemos ser más sensibles con la población más desamparada, que en independencia de esta situación, sigue requiriendo de nuestro apoyo para subsistir, además de ser representados por nosotros.

Entendemos con mucha claridad la visión que está detrás de la aplicación de programas que se manejan a través de pari passu, pero creo que debemos ser más conscientes sobre  los efectos que tiene en el sector social la carencia de recursos para el combate a la pobreza y la marginación.

Señor secretario, reconocemos que el tema es complejo. Pero nos preocupa de sobremanera la forma en que ha sido abordado.  La falta de prioridad al no ser considerado el tema sustantivo en la agenda de nuestro nación.

El sentido de mi participación es un llamado, muy respetuoso, a la colaboración entre los distintos ámbitos de gobierno.  Como legisladores y Poder Ejecutivo, nos restan dos años muy valiosos en términos de una potencial construcción de acuerdos en beneficio de la gente más necesitada.

Como servidores públicos, necesitamos dar un claro ejemplo, en el sentido de tener una alta sensibilidad social y una mejor coordinación entre poderes, en aras de poder alcanzar  beneficios para los sectores sociales más desprotegidos.

Empecemos a pensar fuera del guión establecido, desterremos todo tinte partidista y político que tanto daño hace a los programas de desarrollo social.

Señor secretario, nuestro llamado a la construcción es genuino, en dicho sentido, le reconozco, personalmente, el esfuerzo tan importante que se ha hecho en el estado de Veracruz, con motivo de las recientes contingencias climatológicas.

Señor secretario, tenemos que estar cercanos a la realidad social, visitemos, no sólo las capitales de los estados, sino vayamos a las comunidades más apartadas de nuestro país, lugares donde la pobreza se anida con mayor fuerza, puesto que, como ser humano, duele y lastima ver cómo se viven en dichas comunidades.

Hagamos de esta práctica, la norma en materia de atención social. Convivamos, dialoguemos con la gente más pobre de nuestro país para que podamos constatar con nuestros propios                                                                                                                                                                                                                                ojos, lo amarga que es la existencia de nuestros hermanos que viven  en alta marginación y pobreza. Hagamos juntos un México con mayores oportunidades, un país más justo y equitativo.

Señor secretario,  mi primer cuestionamiento tiene que ver con una paradoja que me preocupa mucho como legislador: ¿Cómo podemos explicar que los indicadores en materia de pobreza no hayan presentado un avance significativo cuando los presupuestos en materia de desarrollo social exhiben un incremento histórico?

Por su atención, muchas gracias.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO

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