Con su venia, Diputado Presidente.
Compañeras y compañeros.
En primer lugar, el Partido Verde Ecologista de México lamenta profundamente, y es solidario y desea una pronta resignación a los familiares de Luis González de Alba, fallecido el 2 de octubre pasado, y que fue parte de este movimiento tan importante. Y por supuesto que es un mensaje que se entiende y, sobre todo, que se recuerda con mucha profundidad y dimensión.
Y para ello no hay mejor honra que el Partido Verde pudiera dar que lo que me permití escribir y pensar todo este fin de semana, atendiendo profundamente a las causas y a los motivos, intentando hacer de este día no un fetiche democrático ni un asunto electorero o político, sino buscar en las raíces de nuestra sociedad para revisar cuáles son los incidentes, los asuntos y la meditación profunda que tenemos que hacer a un asunto tan importante para nuestra patria, en un contexto internacional tan complejo como el que se vivió en 1968.
Me permitiré leerlo tal cual lo escribí:
2 de octubre de 1968. Mucho se ha escrito del combate en la Plaza de las Tres Culturas y edificios circundantes en Tlatelolco, la trágica noche del 2 de octubre de 1968.
Nadie supo con certeza cómo comenzó este movimiento en el que participaron estudiantes universitarios, politécnicos, normalistas, maestros, escritores, artistas y un sinnúmero de grupos socialistas, trotskistas, maoístas, etcétera, que hoy todos ellos son activos en la vida política de nuestra nación.
¿Qué tenían como objetivo?: lograr el cambio. ¿A qué cambio se referían? Básicamente al cambio político, que en esa época, con el triunfo de la Revolución Cubana había sedado en toda América Latina y que en Francia, en Alemania, en Estados Unidos, específicamente en California, los estudiantes se estaban manifestando contra los gobiernos de esos países, en los que privaban, sobre todo, el autoritarismo.
Es un evento muy importante que hoy pudiera estarse repitiendo a lo largo del mundo.
Había principios y conceptos que se manejaban y que hoy poco, las nuevas generaciones, y aquí abro un paréntesis: la primera vez que yo voté fue en el año 2000. La primera vez que muchos integrantes de esta Asamblea votaron también fue en ese año.
Los tiempos han cambiado y los principios se han pretendido modificar. Sin embargo, los que estudiamos y los que leemos entendemos que la historia sirve de algo.
Principios como “Paz y Amor”, “Se prohíbe prohibir”, eran los que se encontraban en vigor y en lo político: “el poder al pueblo”.
La moda era, para alumnos y maestros, ejercer un gobierno socialista, de obreros y campesinos en América Latina. Con el transcurso del tiempo la realidad llevó, a entonces jóvenes, como Luis González de Alba, que ya lo señalé y muchos tanto otros que se pueden leer claramente en El Móndrigo, ojalá lo podamos revalorar, repensar y releer, se volvieron a insertar e incluir en la sociedad,
Muchos son profesores. Otros son dirigentes de partidos políticos; otros tantos, desde la academia, o desde otras instituciones, activamente participan y son los que han provocado y generado incluso las circunstancias que vivimos el día de hoy.
Con el transcurso del tiempo, la realidad llevó a los entonces jóvenes a participar en la vida pública de sus países y los vemos desarrollando actividades diversas en los centros de investigación, en los medios de comunicación. ¿Cuántos periodistas no vemos, hoy, opinando y narrando esos sucesos? En la formación de partidos políticos y en los gobiernos, en los distintos niveles.
Las poblaciones de los países crecieron y el crecimiento demográfico trajo nuevos y más problemas sociales a los que ahora tenemos. Por supuesto, tenemos que darles solución.
En 1968 el mundo no demandaba tanta atención ni tantos problemas, como vivimos actualmente. Muchas más personas y población. No solamente a nivel México, sino a nivel mundial; mucha más pericia, mucho más contacto con la sociedad se requiere el día de hoy y mucha mayor sensibilidad.
Las poblaciones de todo el mundo crecieron y todos tenemos que darle solución a estos problemas: económicos, ecológicos, de equidad y de respeto a los derechos fundamentales.
De democracia, pero también de eficiencia, de honestidad, de transparencia en el gobierno.
Uno de los ideales más importantes que nos dejó el 68 y que hoy se reflexiona es el reforzamiento del Estado.
¿Qué significa el Estado? ¿A dónde queremos que vaya el Estado?
El Estado debe contener nuevas atribuciones y nuevas funciones, porque es la entidad en donde se concentran intereses. La unidad de la población. Es la entidad perfecta creada por el hombre para convivir.
Si en el 68 los jóvenes se hicieron de las calles para exigir participación y futuro, en este aniversario del 2 de octubre, la mayoría de las mexicanas y los mexicanos aspiramos a suprimir la exclusión, una exclusión que lacera. A tapar las grietas de representación ciudadana en la democracia, a disminuir la subrepresentación de las causas e intereses de la mayoría y a disminuir la sobrerrepresentación de los poderes económicos.
Sí, hoy menos, cada vez menos, tienen cada vez más, y cada vez más tienen cada vez menos.
Finalmente, aquí repito un aforismo “los hombres terminarán por ser iguales en todo, porque no se puede ser iguales en casi todo”.
Debemos hacer conciencia actualmente de lo que corroe a nuestra sociedad: es la corrupción, este mal que no es físico; es mental.
Al respecto, expreso lo que el ilustre liberal dijo hace muchos años, y cito a Altamirano: “porque antes de la amistad está la patria; antes que el sentimiento está la idea; antes que la complacencia está la justicia”.
¿Qué debemos hacer?
Les pregunto a los líderes de los partidos, a los líderes que se encuentran representando a la sociedad en esta Asamblea Legislativa. Les pregunto eso a los líderes nacionales y de partidos políticos nacionales. Les pregunto eso a los verdaderos periodistas, les pregunto eso a los verdaderos funcionarios, investigadores, maestros y alumnos de las universidades, a los politécnicos que nos han dado un buen ejemplo; a los estudiantes de universidades públicas y privadas, a la ciudadanía toda.
Sólo unidos podemos avanzar. No tenemos, empero, intención de hacer de la democracia ese fetiche. No tenemos intención de utilizar incidentes o acciones que ningún partido ni ningún gobierno puede decir que no lo hizo.
Debemos ser profundamente críticos, pero también profundamente constructivos.
Puede ser cierto que nuestra generación habla y piensa demasiado de democracia y demasiado poco de los valores a que ésta sirve.
Lord Acton decía que la libertad no es un medio para un fin político más alto. Es en sí el fin político más alto. La democracia es, esencialmente, un medio, un excelente utilitario para salvaguardar la paz interna y la paz individual. Como tal, no es, en modo alguno, infalible o cierta.
Es lamentable que hoy tantos jóvenes se encuentren en prisión. Es lamentable que las instituciones sigan creando y sigan delineando ese futuro para los jóvenes. Un país de oportunidades es el país que recuerda el 68 por sus causas y por sus efectos, no que lo convierta en una herramienta política.
Un país maduro es un país que discute y que utiliza la historia para lanzarnos hacia el futuro. Juan Rulfo lo ha señalado claramente y muchos pensadores que seguramente los escuchare en muchos diputados, mostrarán las ideas de qué estamos hechos los humanos y parte de esto es lo que el Partido Verde quiere proponer: una nueva reinterpretación con base en principios, pero sobre todo con base en la construcción de un país.
Muchas gracias, diputado Presidente.
PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO